La larga «era Samaranch» llega a su fin en la misma ciudad en que fue elegido, pocos días antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, boicoteados por Estados Unidos. Después de haber tomado el viernes la histórica decisión de conceder los Juegos Olímpicos de 2008 a Pekín, la 112 asamblea del COI -están presentes 118 de los 122 miembros- se envuelve de nuevo en el secretismo para elegir al nuevo presidente.

El secretismo que rodea toda la votación hace difícil los pronósticos, aunque la impresión general es que el reputado cirujano Jacques Rogge, que cuenta con un muy buen currículum deportivo y que ha hecho de la lucha contra el dopaje su bandera, tiene buenas posibilidades de ser elegido al frente de un organismo que Samaranch deja saneado y con la tranquilidad financiera asegurada al menos hasta el 2012.

«Algún candidato debe andar rondando la mayoría absoluta, pero será difícil que la obtenga a la primera», dijo el presidente del Comité Olímpico español (COE), Alfredo Goyeneche. En principio, los principales rivales de Rogge son el abogado y economista canadiense Richard Pound, de 59 años, y el político surcoreano Un Yong Kim, de 70, mientras la abogada estadounidense Anita DeFrantz, de 49, y el diplomático húngaro Pal Schmitt, ex embajador en España, de 59, parten con clara desventaja.

España cuenta con cuatro miembros con derecho a voto -Samaranch, Goyeneche, Pilar de Borbón y Estiarte-, si bien el presidente no votará por decisión personal. Rogge, regatista olímpico, parece también el candidato más próximo a Iberoamerica, una región con 14 miembros con derecho a voto que pierde a su gran valedor, Samaranch. Pound, finalista olímpico de natación, acude a las urnas respaldado por su demostrada eficacia en la gestión de las arcas olímpicas, que según dijo Samaranch tienen el lleno asegurado hasta el 2012 gracias a la venta anticipada de los derechos de televisión.