El entrenador del CB Puig d'en Valls, Tito Sobrín, ultima los preparativos de cara al inicio de Liga ante el CB Jovent este sábado, a las 18.30 horas. En este competición, el técnico quiere estar entre los cuatro primeros. A juicio de Sobrín, «el equipo se moldea día a día. Para construir grupo necesitas tiempo porque esto es una orquesta donde si todos no van a ritmo vamos mal. Necesitamos paciencia porque al equipo lo empezaremos a ver al 50 por ciento de su potencial». Por ello y por la atípica pretemporada, sin torneo de presentación, el técnico leonés no se atreve a garantizar resultados. «A lo mejor los puntos llegan tarde, pero bueno a partir de octubre habrá que ver qué objetivo podemos marcarnos». El inicio de competición es bastante duro ya que comienza en casa con el Jovent y sigue con Stadium Casablanca, Symel Tenerife y Segle XXI.

El estado de cosas en el equipo para el entrenador todavía no es satisfactorio. «Al equipo le doy un aprobado alto. Técnicamente bien y con el problema de irregularidad en su juego». Para solventar la falta de rodaje, Sobrín ha pactado jugar un partido cada quince o veinte días con el equipo júnior del Sa Graduada. «Vamos retrasados en partidos y hace falta. Soy un perfeccionista y me encantaría que el equipo saltara a la pista al ciento por cien, pero me conformo con alcanzar el cincuenta por ciento».

En el plano psicológico, Sobrín lamenta que las jugadoras no afronten el inicio liguero en plenas facultades. «Creo que no están preparadas, el plan de entrenamiento está centrado en tenerlas con un alto nivel físico, con apuntes pequeños de tema técnico táctico, pero en el aspecto psicológico faltan partidos para empezar a encontrarse como equipo y crecer todos juntos». El técnico asegura que no va a ser capaz de controlar este punto y no voy a ser capaz de controlar esto, que el equipo me haga una línea regular de juego». La falta de una pivot es la asignatura pendiente del club con el técnico, quien tendrá que recurrir a su alero más alta, Mireia Bargalló, para cubrir el hueco. «Sé que me va a hacer esta función pero el problema es que esa no es su posición y no le gustará jugar fuera de esta posición».

Por otra parte, el técnico rechaza los encasillamientos en el baloncesto femenino. Los entrenadores de ligas femeninas parecen tener una valoración diferente a lo de masculina. Sobrín, que cuenta con experiencia en ambos cuadros de competición, afirma que su status es el de un simple entrenador de baloncesto. «Me llevan los proyectos y las ideas. Por supuesto, el trabajo con equipos femeninos y los masculinos ofrece aspectos distintos. Aunque en definitiva, es baloncesto».