Los aficionados españoles llegaron a Corea para animar a los hombres de Camacho.

Llegó la hora de España. La selección de Camacho asume en Gwangju su primer compromiso en la Copa del Mundo con la intención de mitigar el descrédito que se ha granjeado a lo largo de a última década y acabar de paso con el maleficio que oxida todos sus bautizos desde hace 52 años. Por el camino aparece Eslovenia, un equipo sin pasado y en el que sólo un futbolista llamado Zlatko Zahovic resulta familiar. Pero en las horas previas al estreno mundialista se entremezclan demasiadas cosas. De hecho, ni la seguridad que han trasmitido los jugadores a lo largo de los últimos días ha conseguido alterar un sentimiento de desconfianza generalizado. Es algo que España se ha ganado a pulso "desde Brasil'50 no gana el primer partido" y que emerge con violencia en plena cuenta atrás.

Por si fuera poco, Senegal y Dinamarca no han tardado en mandar un aviso para navegantes: El Mundial es una competición extremadamente exigente. La advertencia está ahí. Independientemente del peso e influjo que puedan ejercer los libros de historia, España administra argumentos más que suficientes para burlarse de todo eso y emitir las primeras señales de grandeza. Camacho maneja una plantilla repleta de talento y competitividad. De hecho, su favoritismo en el partido ante Eslovenia no admite discusión alguna. También ha llegado la hora de conocer a qué va a jugar el equipo nacional. La prensa se ha encargado de lanzar al estrellato un dibujo con una pirámide invertida en la que Juan Carlos Valerón, Diego Tristán y Raúl González asumen un papel fundamental, aunque todo eso está por ver.

El Mundial de Corea y Japón ha empezado a consumir partidos a un ritmo vertiginoso. Al gazapo francés en el partido inaugural se ha sumado el de Uruguay ante Dinamarca (1-2). Camerún, el actual campeón de Àfrica, se estrelló ante Irlanda (1-1) y sólo Alemania cumplió con lo que se esperaba. Eso si, lo hizo a lo grande y firmando un resultado increible: 8-0 a Arabia Saudí. Hoy, además del España-Eslovenia, tres partidos más: Argentina-Nigeria; Paraguay-Sudáfrica e Inglaterra-Suecia.