José Antonio Camacho da instrucciones a sus jugadores durante un entrenamiento de la selección española.

J. Antonio Pascual (Efe) ULSAN
Miquel Àngel Nadal defendió la valía y la competitividad suya y de Fernando Hierro como centrales de la selección española, en contra de las opiniones adversas, entre ellas la del paraguayo Roberto Acuña. Nadal indicó que respeta todas las opiniones, pero que lógicamente no las comparte, y aseguró: «No creo que todas las selecciones tengan dos centrales como nosotros». E l mallorquín y el malagueño fueron los centrales titulares ante Eslovenia y se perfilan como los indiscutibles de todo el Mundial 2002 pese a tener 35 y 34 años, respectivamente. Nadal cree que tienen categoría suficiente para defender la camiseta de la selección y subrayó que en el encuentro ante Eslovenia cuajaron una buena actuación y no pasaron por excesivos apuros. Da la casualidad de que el viernes se encontrarán en Jeonju dos parejas de centrales veteranos, expertos y poderosos, ya que en el bando paraguayo estarán dos ilustres como Carlos Gamarra y Celso Ayala, considerada la mejor pareja de zagueros del Mundial de Francia.

Hierro y Nadal miden, curiosamente, lo mismo, 1'87 metros; Gamarra y Ayala tienen también la misma estatura, en su caso 1'80; los españoles llevan en la selección trece y once años, los paraguayos debutaron los dos el 3 de marzo de 1993 contra Bolivia. A Gamarra y Ayala nadie les discute en Paraguay, pero a Hierro y Nadal sí que se les ha cuestionado, en cierta forma por su edad, aunque su rendimiento generalmente ha sido bueno y además son referencia para los jóvenes del equipo por sus galones de capitanes. Los cuatro jugadores tienen un juego aéreo bastante considerable, si bien los paraguayos son algo más ágiles en las acciones a ras de suelo. También es verdad que todo el equipo suele jugar más arropado y tienen bastante ayuda en el momento de cerrar espacios.

Nadal indicó hoy que le parece «bien» que cualquiera puede pensar que el punto débil de España está en el centro de la defensa, porque «todo el mundo ve su partido», pero que obviamente no comparte esta opinión. El defensa manacorí fue el único de los cuatro que no actuó en el España-Paraguay del Mundial de Francia'98, mientras que Hierro lo hizo como centrocampista.