1 ECUADOR: Cevallos, De la Cruz, Hurtado, Poroso, Guerrón, Marlon Ayoví, Obregón, Méndez, Cléber Chalá, C. Tenorio y Delgado
Cambios: Aguinaga por Obregón y Kaviedes por C. Tenorio.
0 CROACIA: Pletikosa, Saric, Simic, R. Kovac, Simunic, Jarni, Tomas, Rapaic, N. Kovac, Boksic y Olic
Cambios: Vugrinec por Simic, Vranjes por N. Kovac y Stanic por Saric.
Àrbitro:
William Mattus. Mostró cartulina amarilla a Tomas, Chalá y Simunic.
Gol: 1-0, Minuto 48, Méndez.

Francisco Àvila YOKOHAMA
Ecuador finalizó a lo grande su primera aventura mundialista, con una convincente victoria frente a Croacia (1-0), que sin embargo no le permitió avanzar hasta la segunda fase, aunque hizo historia porque sumó sus primeros puntos entre los grandes del fútbol mundial.

La Tricolor jugó a gran nivel, especialmente en la segunda parte, cuando Edison Méndez marcó el gol de la victoria y después los de Hernán Gómez pudieron ampliar su triunfo, ya que Croacia jugó al final a la desesperada, en busca de un mejor resultado que les acercara a los octavos de final.

Ecuador dominó la situación desde el primer minuto. La brega de Cléber Chalá y Edison Méndez posibilitó muchas recuperaciones de balón y la precisión de Alfonso Obregón, muy acertado en la entrega, permitió a la Tricolor disponer del balón en el campo de Croacia durante muchos minutos.

En el último cuarto de hora del primer tiempo, Croacia despertó y es cuando los europeos pudieron marcar, especialmente Boksic, muy activo en todo momento y que siempre superó a Hurtado y a Poroso en sus pugnas particulares.

El segundo tiempo no pudo empezar mejor para Ecuador. En el minuto 48, una dejada de Delgado sobre Edison Méndez supuso el delirio ecuatoriano en el Internacional de Yokohama, porque el jugador del Deportivo Quito batió a Pletikosa con un disparo cercano (1-0).
A partir de entonces Croacia, que estaba eliminada en favor de Italia, apretó lo que pudo. Rapaic, en un lanzamiento de falta, no pudo sorprender a Cevallos. Las incursiones de Jarni por la izquierda fueron de lo más destacado de los europeos, que poco a poco fueron estrechando el cerco, a medida que se sentían más apremiados por el tiempo.