Javier Muñoz SHIZUOKA
Rusia y Bélgica cierran hoy el grupo H del Mundial en un partido con clara ventaja para los primeros, a los que basta el empate, y la obligación de los «diablos rojos» de atacar.

Rusia, que partía como la selección más fuerte del grupo, no ha mostrado hasta el momento el potencial que se le supone, en buena medida porque uno de sus hombres fundamentales, el centrocampista del Celta Alexander Mostovoi, está lesionado. Después de una cómoda victoria sobre Túnez (2-0), los hombres de Oleg Romantzev sucumbieron ante el ambiente y la animosidad del anfitrión Japón en la segunda jornada (1-0).

Bélgica sí plantó cara a los japoneses, a los que arañó un empate a dos goles, pero contra Túnez evidenció que es un equipo que no se siente cómodo cuando tiene que atacar y sólo sumó un punto contra los magrebíes (1-1).

Poco se sabe estos días de los jugadores rusos, protegidos de la prensa y las cámaras por Romantzev, que tampoco ha dado muchas pistas sobre si por fin jugará Mostovoi.

Bélgica se ha ganado con razón el calificativo de rey del empate. En Francia'98, firmó tres tablas, a las que hay que sumar las dos del presente mundial. Sin embargo, repetir ese resultado hoy no le servirá.