Hernán Bahos KOBE (JAPÓN)
La selección brasileña pretende definir hoy durante los noventa minutos reglamentarios el partido clasificatorio para los cuartos de final del Mundial que los jugadores de Bélgica esperan disfrutar al máximo.

El límite para los pupilos de Robert Waseige es la tanda de penaltis que sigue como instancia final a una prórroga de treinta minutos sin «gol de oro». «Bélgica llegó al techo en este Mundial y chocar con Brasil tiene la ventaja de ser ganancia desde cualquier perspectiva, porque ellos son los favoritos y nosotros no tenemos esa responsabilidad», dijo un miembro de la delegación del equipo europeo, que ayer se entrenó a puerta cerrada en el estadio de la ciudad japonesa de Kobe.

Para los jugadores brasileños el próximo partido no admite dilaciones y debe resolverse con gran concentración mucho antes del final del tiempo reglamentario. «Estamos preparados para conseguir la victoria en los noventa minutos. Vamos a dar lo máximo», aseguró ayer domingo, el jugador del Barcelona Rivaldo Vítor Borba Ferreira.

La selección brasileña de fútbol inspeccionó ayer la cancha del «Kobe Wing Stadium», también conocido como estadio de las alas, como un homenaje al resurgimiento de la ciudad del suroeste de Japón tras el terremoto del 17 de enero de 1995 que devastó la mayor parte del territorio y costó la vida a unas 6.000 personas.

Para el capitán del equipo, Marcos Evangelista de Moraes, «Cafú», Brasil necesita entrar mañana con «mucha energía para resolver las cosas como en los partidos anteriores».

Entre los «diablos rojos» la principal preocupación la depara el principal defensa y más efectivo generador de contragolpes, Glen de Boeck, que sufrió un golpe en la espalda en el partido que ganaron el viernes pasado a Rusia.