El Deportivo saca los colores al campeón de Liga

Carlos Alberto Fernández - A CORUÑA
El Deportivo de A Coruña dio anoche, en el encuentro de ida de la Supercopa, un paso de gigante para alzarse con el primer título oficial de la temporada tras golear y propinar un mazazo al Valencia, en un encuentro en el que los coruñeses fueron superiores prácticamente desde el inicio. El conjunto de Irureta logró así una importante ventaja de cara al encuentro de vuelta, que se disputará el próximo domingo en Mestalla. Juan Carlos Valerón, con una actuación magnífica, Víctor Sánchez y Nourredine Naybet fueron los artífices, en veinte minutos, de la contundente goleada infligida a los de Benítez, que se cerró ya en la primera mitad.

Los primeros compases fueron buena muestra de un choque de máximo nivel entre dos conjuntos que jugaron con el bloque de la temporada pasada y que, además, se guardan odio mutuo. El Dépor salió al terreno de juego con la idea de controlar el esférico frente a un Valencia que empezaba a contraatacar a los gallegos con mucho peligro. Así las cosas, ya en el segundo minuto del encuentro, el defensa blanquiazul Nourredine Naybet sacó bajo palos un remate de Rufete. Poco después, en el minuto 9, el holandés Roy Makaay envió al palo un disparo de falta desde la frontal del área del Valencia.

Y es que el encuentro no era apto para cardíacos. Fútbol de auténtico lujo y un ritmo vertiginoso eran las notas más sobresalientes de un partido propio de una temporada mucho más avanzada. El conjunto de Rafael Benítez retrasó paulatinamente sus líneas después la primera gran oportunidad de la que dispuso, y eso provocó que los pupilos de Irureta se hicieran con el control total del encuentro y también con las ocasiones.

Fue entonces cuando los gallegos, más frescos físicamente y con las ideas muy claras, empezaron a trenzar su mejor juego, amparado en la figura de un Juan Carlos Valerón que en esta pretemporada se está convirtiendo, al igual que en la campaña pasada, en uno de los pilares fundamentales del Deportivo. Veinte minutos de recital deportivista sirvieron para que la Supercopa tomara colorido blanquiazul. Minutos que, además, dieron la razón al técnico Irureta, que se empeñó en hacer un segundo «stage» de pretemporada para preparar especialmente este encuentro, algo que no había gustado en absoluto a la plantilla.

Lionel Scaloni abrió, en el minuto 12, el tarro de las esencias gallegas con una excelente asistencia entrelíneas a Valerón. El grancanario recogió el pase y batió por raso a Cañizares. Después, en el 21, Víctor se encargó de transformar el segundo tanto de la noche aprovechando un fallo del portero valenciano a disparo de Makaay. Y ya en el 32, Naybet culminaba un contraataque herculino en el que participaron también, como en el anterior, Valerón y Makaay. La segunda mitad mantuvo el nivel y la intensidad de la primera. El Deportivo reanudó su buen juego aunque, eso sí, el Valencia, con la introducción de un punta nato, Carew, en su esquema, ganó cierto protagonismo. No obstante, no inquietó, ni mucho menos, al cancerbero José Francisco Molina. Por contra, los coruñeses sí pudieron poner el título aún más a su favor; pero Cañizares, en el minuto 47, desvió a córner un potente disparo de Makaay desde el flanco zurdo del área valenciana.

Poco a poco, el encuentro se enfrió. Los dos conjuntos se intercambiaron papeles. El Dépor cedió el dominio a un Valencia que, necesitado, puso más corazón que cabeza y se lanzó, con toda la artillería, a reducir la desventaja en el marcador, descuidando en cierta medida las labores defensivas. Aun así, fue un trabajo estéril, porque el Valencia careció enormemente de pegada y también de acierto. Angulo, en el minuto 67, lanzó alto, y Baraja, solo ante Molina, en el 80, desperdició una ocasión de oro que podía haber intimado a los gallegos. Ahora, Mestalla espera. El Dépor parece tener todas las papeletas para lograr su tercera Supercopa en otras tantas participaciones. Y es que la goleada de hoy es superior a lo que Irureta establecía como resultado suficiente para abordar el encuentro de vuelta con garantías.