La polémica suscitada con motivo de la impugnación del club Rítmica Portmany en el Campeonato de Balears celebrado el sábado en Mallorca, sigue su curso. Sin ir más lejos, una representación del club ibicenco se reunió ayer con los máximos dirigentes de la Real Federación Española de Gimnasia (RFEG) para hacerles llegar su indignación por las supuestas irregularidades cometidas en el campeonato provincial. El máximo organismo federativo nacional le remitió a los organismos superiores de Balears ya que la RFEG no puede actuar de oficio al tener la Federación Balear su propio reglamento y contar con autonomía propia.

Las instancias superiores a las que tiene que recurrir el Rítmica Portmany es el Comité de Disciplina de la federación provincial y a la Dirección General de Deportes. La idea del club es presentar un escrito explicando los hechos acaecidos en el provincial a todos estos organismos en espera de una respuesta que aclare su postura. En la reunión mantenida en Madrid estuvieron presentes por parte de la RFEG, su presidente Antonio Esteban Cerdán, y la directora técnica Begoña Gil, y las representantes del club Rítmica Portmany.

La entrenadora del club Rítmica Portmany, Paola Salsoso, , presente en la reunión con la Federación Española, salió al paso de las declaraciones de la delegada insular, Gabriela Urquiza, quien discrepaba en la forma en llevar a cabo sus reivindicaciones el club ibicenco: «Estoy de acuerdo en que las formas quizás no sean las más adecuadas, pero llevo cinco años por los cauces correctos pidiendo a Gabriela Urquiza que tomara cartas en el asunto sobre las irregularidades en los Campeonatos de Balears y reclamando una solución al problema en los sistemas de puntuación de los jueces.

Nunca se ha hecho nada al respecto y hemos tenido que poner el grito al cielo para que ahora intenten buscar soluciones. Si hubiera estado presente como delegada insular en estos campeonatos, lo más probable que nada de ésto hubiera sucedido». La entrenadora se mostró molesta con la delegación insular ya que «la Federación Balear nos advirtió que teníamos gimnastas con licencia de otro club y que era ilegal, cuando resulta que presentamos a la delegación las licencias correctas. Sólo pido una explicación de la delegada».