XEFE|MADRID
La incorporación de José Antonio Camacho al banquillo del Benfica portugués abre otro ciclo en la carrera del ex seleccionador nacional y pone fin a un periodo de transición, en el que ha permanecido en la sombra desde su adiós a la selección el pasado 2 de julio. Camacho, que no dejó de sorprender cuando anunció su despedida tras el pasado Mundial, después de reconocer que «los ciclos se acaban», retoma su principal objetivo tras la selección. Volver al banquillo de un club y a los entrenamientos diarios, en este caso en un histórico del fútbol portugués.

El técnico murciano, una de las personas con más carácter del fútbol español, también cumple otro de sus objetivos como «emigrar» a otra Liga fuera de España, donde apuesta por un proyecto de futuro en su nuevo club y donde podrá seguir ampliando conocimientos sobre un deporte del que es un fiel estudioso.

Camacho siempre se ha caracterizado por su espíritu competitivo y por su exigencia, pero también ha insistido siempre en la necesidad de mantener los pies firmes en el suelo y en ser coherente con sus propias ideas. Esto le llevó incluso a renunciar al puesto de entrenador del club de su alma, el Real Madrid. Al margen de cuestiones tácticas, de determinados tipos de esquemas, la frase clave de su librillo es «salir a ganar». Así fue educado en su etapa de jugador en el Real Madrid y eso ha intentado transmitir desde el banquillo independientemente de que los resultados acompañen.