El Barça apela a la épica y busca la revancha

F.C. BARCELONA (19+20+14+25): Jasikevicius (19), De la Fuente (5), Bodiroga (21), Fucka (13), Dueñas (4) -cinco inicial-, Rodríguez (2), Navarro (9), Femerling (2) y Alzamora (3).

UNICAJA MÀLAGA (16+22+24+15): Cabezas (0), Rodríguez (4), Risacher (11), Okulaja (10), Weis (2) -cinco inicial-, Bullock (19), Kornegay (6), Esteller (9), Sonko (11), Wojcik (0) y Gurovic (5).

Arbitros: Mitjana, De la Maza y García Ortiz. Sin eliminados.

J. Muñoa|VALENCIA

El Barcelona volverá a jugarse la Copa contra el Tau, igual que hace un año, después de una espectacular

remontada (15-0 de parcial) y la mala fortuna que, por dos veces, impidió al anotar la cesta del triunfo en la última posesión.

Los azulgrana le ganaron una Liga al cuadro andaluz cuando su entrenador era Javier Imbroda en la final del famoso triple fallado por Michael Ansley. También les dejaron fuera de combate dentro de la Copa en los dos cruces de cuartos anteriores a esta semifinal de Valencia y esta misma temporada se impusieron a domicilio en el Martín Carpena (75-83), pero nada de eso sirvió para facilitarles las cosas.

Aunque la salida de los barcelonistas pilló por sorpresa a los malagueños, éstos reaccionaron rápidamente a través de una defensa de alto ritmo y el acierto de sus jugadores exteriores. Un triple de Moustapha Sonko cerró el primer cuarto con 19-16 en el marcador y la sensación de que el pase a la final estaba carísimo para ambos equipos.

El base francés igualó el parcial al principio del segundo cuarto (21-21), pero la primera ventaja del Unicaja aún tardó (29-30 m.17). Hizo falta que otro francés, Stephane Risacher, engatillara un nuevo triple y que sus compañeros de línea le siguieran para que el buen juego andaluz encontrase reflejo en el marcador. Los hombres del Palau salieron indemnes de los dos primeros cuartos gracias al de siempre: Dejan Bodiroga. El yugoslavo jugó diecisiete minutos de ese tramo perfectos en el sentido literal de la palabra. Trece puntos, incluido el triple que situó al Barcelona por delante sobre la bocina del descanso (39-38), sin un solo fallo: cuatro de cuatro de dos, uno de uno en triples y dos de dos en tiros libres, más un par de rebotes y cuatro faltas provocadas. De bandera.