AMADOR PONS - PARÍS
Olvidadas las molestias en la espalda y con la ambición de volver a ocupar el trono, Carlos Moyà afronta su participación en Roland Garros con un único objetivo: ganar. Será el único representante mallorquín debido a la lesión de Rafael Nadal, y quiere volver a levantar la Copa de los Mosqueteros como ya hiciera en 1998. Volver a ser el número uno del mundo pasa por cosechar un buen resultado en París y el jugador balear llega a la tierra gala cargado de ilusión. El sorteo además le ha sido favorable.

Carlos Moyà parte como el cuarto cabeza de serie y se encuentra en el tercer cuarto del cuadro. Su rival en la primera ronda será Filippo Volandri (hoy, segundo turno), un italiano que este curso está disfrutando de su mejor tenis y que ganó a Rafael Nadal en la final de Cagliari.

Volandri no cuenta con un gran servicio, pero es un tenista que golpea muy fuerte la pelota desde el fondo de la pista y que tiene una buena derecha. Moyà no debería tener excesivos problemas para superarle, aunque el desenlace es una incógnita porque nunca se han enfrentado.

De confirmarse los pronósticos, Carlos Moyà se mediría en la segunda ronda con el vencedor del enfrentamiento entre Mark Philippoussis y Alex Kim. El australiano parte como favorito, pero tampoco es un adversario excesivamente complejo sobre tierra batida. Cuenta con un gran servicio, pero nunca ha cosechado un buen resultado sobre arcilla.

A priori los rivales más peligrosos de Carlos Moyà hasta las semifinales serían Jiri Novak (octavos) y Roger Federer (cuartos), pero el principal escollo hasta la final es el estadounidense Andre Agassi (semifinales).

Los principales favoritos para alcanzar las semifinales son Moyà-Agassi en la parte baja del cuadro, y Lleyton Hewitt y Juan Carlos Ferrero por arriba. El valenciano es la bestia negra del mallorquín, pero va a jugar en Francia infiltrado y será difícil que pueda aguantar hasta la final.

Carlos Moyà llega a Roland Garros en un buen momento. La pasada temporada le sirvió para volver a instalarse en el top ten, pero los malos resultados en los Grand Slams le impidieron luchar por el número uno. En Australia no pudo superar la segunda ronda y cayó ante Mardy Fish, el mismo jugador que le apeó del Torneo de Sidney.

En los días previos a Roland Garros, Carlos Moyà dio muestras de estar totalmente concentrado. Sabe cuáles fueron sus errores el curso pasado y quiere volver a luchar por el número uno. Tras caer en Hamburgo decidió jugar la Copa del Mundo porque es una competición que le iba a permitir mantener el mejor nivel, sin necesidad de enfrentarse cada día a un partido de competición. El mallorquín ya ha manifestado que quiere volver a levantar el trofeo, y eso es una garantía.

Los números de Carlos Moyà hasta el desembarco en París son muy buenos. Tras la decepción en las Antípodas se desquitó sumando el primer título del año en Buenos Aires. En Miami, un Másters Series por el que siente especial debilidad, alcanzó la final aunque cayó ante Andre Agassi. La principal satisfacción de esta temporada la vivió en Barcelona. El mallorquín por fin ganaba el Trofeo Conde de Godó tras agotar a Marat Safin. Sus buenos resultados llegaron hasta Montecarlo, donde logró ser semifinalista.

Carlos Moyà es el cuarto jugador del mundo en la Lista de Entradas y ocupa la sexta posición en la Carrera de Campeones. Su intención es volver a ser el número uno del mundo como lo fuera en 1999 y le da mucha importancia a Roland Garros.

Moyà se encuentra entre los mejores jugadores del mundo en cualquier superficie, pero domina especialmente la tierra batida. Su servicio es demoledor y cuenta con una de las mejores derechas del circuito. Los técnicos dicen que es mejor jugador que en 1998 porque ha mejorado su revés y porque es mucho más efectivo en la red.

El tenista mallorquín inicia una nueva singladura en Roland Garros con el cartel de favorito. No teme a ningún adversario porque es consciente de que si consigue jugar a su mejor nivel es capaz de doblegar a cualquiera. Carlos Moyà es un jugador que también se mueve por estímulos y en París se siente a gusto. Ya ha ganado una vez y recuerda las sensaciones que produce ganar un grande y entrar en la pugna por el trono ATP.

Ganar en Roland Garros no le situaría en lo más alto del ránking ATP, pero le daría un importante impulso y le dejaría en las mejores condiciones para conseguirlo en el futuro. Consciente de eso, Carlos Moyà se ha motivado al máximo. Su objetivo es el número uno aunque no le importaría levantar la Copa de los Mosqueteros en su camino.

Muchos son los rivales de Carlos Moyà en París, pero su principal preocupación es su propio estado. Si consigue jugar a su mejor nivel puede sonrojar a cualquier adversario. Su camino no es muy complicado y busca su segunda corona.