Josep Guardiola, el que será director deportivo del Barcelona si Lluís Bassat gana las próximas elecciones, desea «dejar huella» en su nueva etapa, para lo cual apuesta por «una cultura del trabajo» y parte con la ventaja de conocer la que fue su casa durante la mitad de su vida. El ex jugador explicó que no ha esperado a conocer el resultado electoral para postularse, insistió en que su inexperiencia en el campo directivo no es ningún inconveniente y fue tajante al tratar la cuestión económica: «Lo que me quieran dar, me parecerá bien». Guardiola apareció en una multitudinaria rueda de prensa acompañado por Bassat y el directivo encargado del área deportiva, Evarist Murtra. Diseccionó el club, aportó ideas de funcionamiento, pero en ningún caso facilitó los nombres de técnicos o de jugadores que le acompañarían en la aventura.

«Me han ofrecido algo muy serio y considero que para tomar decisiones hay que posicionarse. Necesito sentirme elegido democráticamente por los socios y por eso no hay mejor manera que anunciar antes mi intención, no esperar al resultado de las elecciones», afirmó Guardiola, quien desechó la idea de hacerse cargo de toda la vertiente deportiva de la entidad. El ex jugador del Barcelona, Brescia y Roma indicó que los jugadores no deben desear venir al club sólo por el dinero. «Necesitamos que se impliquen en el proyecto», afirmó Guardiola, quien tiene la percepción de que últimamente el Barcelona ha estado en «continua sospecha».

«No sé quien ganará las elecciones, pero quien lo consiga debe saber que entrará en el club y que lo abandonará. Lo más importante es lo que dejará a su marcha, es imprescindible dejar huella en todo lo que se hace», insistió.

Guardiola asegura que aceptó el ofrecimiento de Bassat «hace poco tiempo», porque antes de tomar una decisión de este calibre precisaba conocer a fondo el proyecto y las personas que lo lideraban. Al respecto, Evarist Murtra, directivo del área deportiva, señaló la «generosa manera» como ha abordado Guardiola su contrato y sus atribuciones. «En el futuro, este contrato debería estar en el museo del club, al lado de las botas de Kubala o las de Pepe Samitier», dijo.