Figo, en una acción del partido disputado ayer en Son Moix.

El Mallorca se recreó otra vez contra el Madrid. El once de Pacheco bajó de la galaxia a un equipo repleto de estrellas y de artistas pero carente de sacrificio y de capacidad de desgaste.

El cuadro de Pacheco, mucho más metido en el encuentro, fue capaz de levantar un marcador en contra y situar en el luminoso de Son Moix un dos a uno que deja la eliminatoria ligeramente equilibrada en su favor con vistas al partido de vuelta a disputar en Son Moix.

La segunda Supercopa está más cerca, pero queda todavía el asalto al Bernabéu, por lo que toda euforia debe contenerse. No obstante, el primer choque oficial del Mallorca, además de un buen resultado dejó detalles que invitan al optimismo. El debut de Toni González, el fútbol de Ibagaza, la zancada de Etoo y la pegada de Arnold Bruggink fueron algunos de los detalles positivos que dejó el nuevo proyecto futbolístico del técnico portugués. En Real Mallorca se permitió el lujo de ser mejor que el Madrid, pero todo el esplendor que ofreció en la creación, no era capaz después de rematar ante los dominios de Casillas, principalmente en el primer tiempo.

El equipo de Jaime Pacheco destilaba sorbos de buen fútbol, de cohesión y de organización y bajo ningún concepto se dejaba impresionar por el ramillete de estrellas que tenía en frente. El Madrid, daba la impresión de que se quedaba en la galaxia y se olvidaba de bajar a la tierra. Los baleares exhibían un juego vertical y los blancos apostaban por especular guiñando el ojo al partido de vuelta, más que en hacer bien el trabajo en el primer envite.

El Madrid sólo hizo lo que le permitió el Mallorca. Es decir, si marcó fue porque Leo Franco no estuvo acertado en el rechace de un corner, lo que facilitó enormemente las cosas a Figo para adelantar a su equipo en el marcador.

El portugués lo único que hizo fue maquillar la actuación de su equipo y dar excesivo premio para la mediocridad de juego que ofrecía el grupo de Queiroz. Los jugadores de Pacheco sabían que el resultado era injusto y que, a poco que se aplicaran más en los metros finales, el marcador perfectamente se podía levantar. Campano se erigió en el artillero de la noche, pero se encontró con Casillas. Etoo buscaba espacios, Bruggink se ofrecía e Ibagaza rompía cinturas cada vez que tocaba la pelota. El «Caño» ofrecía un recital y antes del descanso metió un pase medido a Bruggink que fusiló a Casillas y equilibró el marcador. En la reanudación, el Madrid siguió instalado en su lejana galaxia particular y por eso de ser el llamado «equipo de España», hizo internacional a Campano en el segundo tanto mallorquinista. El andaluz se recreó en la media luna, sirvió a Etoo y el camerunés volvió a fusilar a Casillas. El uno a dos hacía justicia a lo sucedido sobre el campo. Queiroz movió el banquillo y retiró a su estrella mediática, pero ayer el Madrid no estaba y sólo se le esperó un poco al final, pero Leo Franco estaba dispuesto para evitar sustos y fue capaz de desbaratar una clara acción de gol por parte de Raúl. El primer examen no pudo ser mejor. Ahora queda el definitivo asalto en Chamartín.

Los blancos demostraron una falta total de acierto ofensivo, que se reflejó en las pocas ocasiones de que dispusieron a lo largo de todo el partido. Sólo en el segundo tiempo, y ya con el marcador en contra, los blanos intentaron la aproximación, con cierta verticalidad, a la portería perfectamente defendida por Leo Franco. El Mallorca mantuvo siempre un perfecto orden defensivo y apenas pasó por cierto apuros.

Con esta victoria, aunque por la mínima, el conjunto bermellón afrontará el miércoles el encuentro definitivo.