El espectáculo del Campeonato del Mundo de Motociclismo calienta motores. Y con él, Jorge Lorenzo irrumpe de nuevo sobre el asfalto con la intención de cumplir con las expectativas generadas en torno al Caja Madrid Derbi Racing Team. El piloto mallorquín cumplirá su tercera temporada en el octavo de litro, y a punto de cumplir diecisiete años, ha adquirido el máximo protagonismo siendo la referencia de la escuadra capitaneada por Giampiero Sacchi. El listón está alto, pero la motocicleta de Lorenzo ha experimentado sensibles mejorías que le permiten competir con los mejores, aunque la obsesión de Lorenzo y los ingenieros de Derbi Racing Development es recortar ese segundo que a día de hoy les aleja de los pupilos del Seedorf Racing, Héctor Barberá y Àlvaro Bautista.

El primer examen para el nuevo chasis DRD-04 será dentro de seis días, con motivo del Gran Premio de Sudáfrica, que el próximo fin de semana estrenará el calendario del Mundial más igualado de todos los tiempos. Para afrontarlo con totales garantías, Derbi se ha hecho con los servicios del prestigioso ingeniero italiano Luigi Dall'Igna, con el que la escudería española da un salto cualitativo enorme y equipara su estructura a las de las todopoderosas Honda o Aprilia, dominadoras de una competición en la que Derbi es un referente histórico, con 82 victorias en grandes premios, diez títulos de pilotos y ocho de marcas.

Para que la leyenda siga teniendo vigencia, Jorge Lorenzo se ha marcado como única meta el título mundial de 125. Su victoria en el Gran Premio de Brasil, su pole y tercer puesto en Sepang y el descaro que le ha definido sobre su motocicleta invitan al optimismo. Durante los entrenamientos IRTA, la motocicleta ha respondido, aunque la climatología no ha permitido que Lorenzo obtenga las prestaciones deseadas. Pese a ello, parte como uno de los serios aspirantes dentro de los pronósticos.