Con el paso de las jornadas, el ciclismo español se ha tenido que rendir ante la evidencia de que sus únicas esperanzas pasan por las piernas de Paco Mancebo. El de Navaluenga acaparó toda la atención mediática durante la jornada de descanso y tiene claro que en los Alpes debe echar el resto para subir al podio de los Campos Elíseos el próximo domingo. Apostado en una quinta posición que puede mejorar, el jefe de filas del Illes Balears ha sido de los pocos que ha soportado el ritmo de Armstrong y Basso en Pirineos. Sobre los dos grandes dominadores en la alta montaña tiene poco que decir, aunque es claro al afirmar que «a Armstrong no le admiro, pues es mi rival. Cuenta con un buen equipo y se ha visto este fin de semana. De la misma manera que Basso. Con gente como Sastre se puede llegar lejos. Ellos son los que se van a jugar la victorian final, pero la guerra está abierta por la tercera plaza. Ullrich, Klöden y Totsching van a ser mis enemigos, pero a nadie le tengo miedo a estas alturas», significó un Paco Mancebo pletórico de moral.

Sus intenciones son claras cara a la etapa de hoy. Las rampas de Villard de Lans son terreno favorable para el corredor, y él es plenamente consciente. «Voy a seguir atacando, la quinta posición me sabe a poco. En tres días nos lo vamos a jugar todo y yo quiero estar en el podio. Y eso lleva consigo poder ganar alguna etapa. La etapa de mañana -por hoy- la tengo en mente y lo voy a probar. El repecho de los dos últimos kilómetros me favorece, y es terreno para los españoles. Perico ganó dos veces aquí y yo quiero seguir con la tradición. ¿Por qué no? Estoy en forma y en ganas nadie me supera», dijo el actual campeón de España.

Mancebo no descarta al actual líder, Thomas Voeckler «porque puede resistir, pero ya van con las fuerzas un poco justas».