Vallori se lleva un balón de cabeza ante un rival. Foto: SONIA GAITÁN

Iván Muñoz
No se puede negar que los fantasmas de la temporada pasada, esos que impidieron al a la postre campeón de la categoría ser un equipo con puntería, habían vuelto a aparecer durante la semana. Tras un buen comienzo y la buena forma que demostraron en los primeros partidos los recién llegados Jorge y Zubero, esto parecía algo superado. Hasta que el equipo retornó de Alaior con el marcador a cero a pesar de gozar de varias oportunidades. Quizás por eso ayer Paco Marín puso en liza desde el inicio a los dos puntas anteriormente mencionados. Claro que el fútbol es siempre grande porque desafía a la lógica. No es que la Peña no lograra marcar ante un equipo que perdió ante el Atlètic Balears por nada menos que 1-7, sino que los que consiguieron perforar la portería contraria no fueron precisamente los que ocupan la parcela más adelantada del campo. Uno de ellos lo hizo tan pronto que apenas dio tiempo a que los dos conjuntos se tantearan. Guarte, en el minuto 2, cogió un balón en los tres cuartos para hacer un par de fintas y ponerlo fuera del alcance de Mario desde aproximadamente 17 metros. Era el 1-0, y seguramente los mallorquines pensarían que algo parecido al descalabro sufrido la semana pasada se podría repetir. Sobre todo porque un minuto después Tino habilitó a Guarte para que este se reeditara como goleador, pero anduvo algo más desacertado que en la primera ocasión. Afortunadamente para el Collerense todo quedó ahí. El encuentro entró en una fase insulsa debido a que la Peña se dedicó a cerrar espacios mientras que los visitantes, aunque muy voluntariosos, demostraban por qué se encuentran en esta preocupante situación. No sin dar algún que otro pequeño susto con llegadas esporádicas, como la de Trujillo en el minuto 24, pero sin la claridad suficiente para ser tenido en cuenta.

Vallori, poderoso central y siempre hábil en las subidas, se encargó en el minuto 40 de dejar las cosas claras al superar en el salto a los defensas contrarios tras un córner sacado por Guarte. Visto lo visto hasta el momento, el gol parecía dar el partido por zanjado y considerar la segunda parte un mero trámite.

Lo fue. Y eso que Cercos, el entrenador visitante, intentó que las tornas cambiasen dando entrada a Cazio y Pablo cuando se llevaban quince minutos desde la reanudación, al mismo tiempo que pasaba a una formación de 4-4-2. Quizás le hizo reaccionar el hecho de que en el minuto 55 Jorge llegara al área y fuera derribado sin que el orondo Albiol González viera nada punible en la acción. O que el mismo delantero estuviera a punto de marcar el que sin duda habría sido el gol de la temporada al rematar de tijera un centro tras una preciosa triangulación de sus compañeros por la banda derecha. No cambió nada, y muestra de ello es que el escaso público se dedicara a hablar del resultado del otro equipo de la isla o del derbi madrileño para ahogar sus bostezos. La sentencia, si es que quedaba alguna duda, llegó en el 80 cuando Guarte -otra vez- recibió el balón a la contra para permitir a Tino que pusiera el 3-0. Ni siquiera el colegiado quiso prolongar más un partido que poco podía ofrecer ya.

Paco Marín, técnico de la Peña Deportiva, reconoció que el encuentro fue cómodo para su equipo: «Creo que el partido ha sido un monólogo nuestro. En muchos momentos no nos han dejado espacios porque han masificado la parte de atrás, pero lo importante esta semana era que el equipo compitiera. Aunque el 2-0 siempre es un resultado traicionero, creo que en la primera parte el encuentro estaba sentenciado».

A pesar de la buena marcha de su equipo, el entrenador cree que sus hombres todavía tienen que mejorar para llegar al nivel del año pasado.