Xavi Gràcia entra con fuerza en el centro del campo para disputar un balón sin dueño. Foto: SONIA GAITÁN

Gustavo L. Sirvent
Hay ocasiones en las que apelar a la diosa fortuna es algo recurrente, a la par que reiterativo. Eso es lo que le sucedió ayer a la Sociedad Deportiva Eivissa ante el Montuïri. Pudo haber goleado, pero empató; asimismo, su rival le tiene tomada la medida y los hados le fueron favorables como ya sucediera en el partido de la primera vuelta, si bien ayer el empate les supo a la misma victoria que cuando jugaron en Mallorca.

El conjunto local, acostumbrado a romper estadísticas positivas, ayer rompió varias negativas: cosechó el primer empate de la temporada en casa; y fue la primera vez que encajaba dos goles en feudo propio.

A pesar del tropiezo, el bloque pitiuso continúa viendo a sus rivales desde la atalaya del liderato, si bien el Margaritense, segundo, recortó distancias tras vencer al Alcúdia y está ahora a cuatro puntos. El Poblense, tercero, empató y sigue a cinco.

En cuanto al encuentro en sí, los de Luis Elcacho tuvieron que remontar el tanto visitante de la primera mitad, pudieron golear y, fruto de una excesiva relajación defensiva, perdió dos puntos a falta de dos minutos para cumplir el 90.

El choque arrancó bien para el grupo ibicenco. El primer avisó lo dio Manel, que remató de cabeza un pase de Raúl Garrido. El arreón de los locales continuó nuevamente por la derecha. José puso un pase medido para que Isi, con la testa, obligara a Julià a calentar sus guantes. Ahí acabó el poder ofensivo de un Eivissa, que comenzó a coquetear con su rival sin ninguna profundidad.

El Montuïri comenzó a creerse que podía plantar cara a gallito de la categoría. Producto de esa confianza llegaría el 0-1. Corría el 38, cuando Gaspar cometió su primer error de la tarde; hizo una salida en falso que aprovechó Villa para marcar de cabeza. De esta forma se llegó al descanso.

La arenga de Elcacho en el vestuario surtió efecto nada más salir al campo. En cuatro minutos, dos goles. El primero de ellos, cuando los aficionados todavía no habían tomado asiento en sus butacas. Xavi Gràcia botó una falta desde el borde izquierdo del área visitante y Manel, zorro en estas lides, se adelantó a la defensa para rematar de cabeza a gol.

Tres minutos más tarde se calcó el primer tanto. Xavi Gràcia saca una falta desde el mismo lugar que la anterior y Rial, aprovechando que Manel tapó al portero, marcó de cabeza.

Quedaban por delante 31 minutos para marcar diferencias. El equipo pitiuso aprovechó los espacios que dejó su adversario, que se abrió en busca del empate y ahí llegó el carrusel de ocasiones. En el 69, Manel recogió un rechace que sacó Miquel Mas de la línea de gol; en el 75, Raúl Garrido, solo dentro del área pequeña se la sacó el portero cuando todos cantaban el tercero. Y ya se sabe, que cuando se perdona en futbol, se acaba pagando. En el 88, otro error garrafal de Gaspar fue aprovechado por David para igualar la contienda.