El Meroil, ganador en dos ocasiones de la Versión Norte en tiempo real, será uno de los participantes en la vigésima edición de la regata.

Carlos Vidal
La Ruta de la Sal está de celebración. Esta edición, la tradicional regata de altura, que se disputa del 5 al 8 de abril, cumple 20 años de vida desde que soltara amarras por primera vez en el año 1989. «Casi sin darnos demasiada cuenta y sin ser muy conscientes ha pasado tanto tiempo. No sólo eso, sino que la prueba goza de una salud envidiable y va camino de alcanzar como cada año su tope de inscripción. Tampoco hay que olvidar que es una regata nuestra, catalana, valenciana pero, sobre todo, pitiusa», afirma Josep Ferrés, presidente de la Associació de Navegants d'Altura Mediterranis (ANAM), en la presentación ayer en el Consell Insular de la regata.

«Habrá que poner el cartel de no hay plazas», asegura Pere Palau, presidente del Consell, que ocupaba el cargo de conseller de Turisme cuando nació la prueba. «Era un proyecto ambicioso, que al principio empezó con algunas dudas pero que ya ha cumplido 20 años y ha demostrado ser todo un éxito y un reclamo muy bueno para las Pitiüses», añade Palau.

Ferrés reconoce que no es nada fácil organizar una prueba de la envergadura de La Ruta de la Sal. «Es muy complicado controlar a una flota tan numerosa, con cerca de 350 barcos en el agua. Por otra parte, hacemos lo que podemos con el presupuesto porque desde el año 2000 no tenemos patrocinador oficial y, además, la Copa América nos ha hecho daño. Sin el apoyo del Consell no se podría organizar La Sal», declara.