Sergio Alvarez |SAO PAULO
El finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) se proclamó ayer por primera vez en su carrera campeón del mundo de Fórmula Uno tras ganar el Gran Premio de Brasil, último de la temporada y en el que sus dos rivales en la lucha por la corona que despreció Mclaren, Fernando Alonso y Lewis Hamilton, acabaron tercero y séptimo. El suspense llegó a las doce de la noche cuando los comisarios deportivos investigaban los monoplazas de los equipos BMW Sauber y Williams-Toyota, que acabaron justo por delante del británico, lo que podría haber alterado la clasificación del mundial a favor de Hamilton. El motivo de la investigación está en la temperatura del combustible de los cuatro coches tras la carrera, que estaría por debajo del límite de diez grados por debajo de la temperatura ambiente. Sin embargo, ya de madrugada, la FIA decidió no sancionarles y no hubo cambios.

Raikkonen, dos veces subcampeón mundial y nuevo rey de la máxima categoría del automovilismo mundial, se impuso en el circuito Interlagos por delante de su compañero de equipo, el brasileño Felipe Massa, que salió desde la pole position y al que superó en la segunda parada para repostar tras una inteligente acción estratégica de su equipo, que permitió al finlandés regresar al asfalto inmediatamente por delante del sudamericano.

Alonso, que en diversas fases llegó a ser campeón por tercera vez consecutiva, acabó en el tercer puesto final del certamen y de la carrera, muy alejado de los dos coches de Ferrari, dominadores absolutos del último capítulo de la temporada. El español acabó el campeonato en la tercera plaza final, con los mismos puntos que Hamilton pero superado por número de segundas plazas totales (cinco contra cuatro).

El británico, que lo tenía todo a su favor para lograr el título en Interlagos, cavó su tumba en la salida y antes de completarse la primera vuelta. En la arrancada fue rebasado primero por Raikkonen y acto seguido por Alonso, que se jugó el tipo sabedor que nada tenía que perder. Al intentar recuperar su posición con el español, en una maniobra casi suicida, se pasó de frenada y se salió de la pista para caer al pozo de la decimoctava plaza.

Además, Hamilton experimentó luego un problema mecánico -se le bloqueó el cambio- que estuvo a punto incluso de dejarle fuera de la carrera. Consiguió recuperarse, pero cedió de golpe alrededor de cuarenta segundos y prácticamente todas sus opciones de ser el primer debutante y el más joven en proclamarse campeón mundial de Fórmula Uno.

Remontada
El ingles consiguió acabar al final en el séptimo puesto, tras remontar numerosas plazas en una carrera agotadora para él y merced también a los numerosos abandonos que se produjeron entre los que iban delante de él. Terminó como subcampeón gracias a tener más segundos puestos acumulados a los largo de la temporada.

La buena suerte de que el inglés disfrutó en los dos primeros tercios de la campaña empezó a darle la espalda en el Gran Premio de China, en donde no pudo liquidar el título al sufrir su primer abandono del año y continuó ayer en Interlagos, en una carrera que tardará mucho tiempo en olvidar.

Hamilton llegó a Sao Paulo con cuatro puntos más que Alonso y siete por delante de Raikkonen, pero se marcha a su casa con los mismos que el español y uno menos que el finlandés. Durante la carrera sólo fue campeón virtual en las cuatro primeras curvas. El champán que tenían preparado en Mclaren desde hace dos semanas, tendrá que volver de nuevo a la bodega de la fábrica de Woking.

Raikkonen, que llegó como tercero en discordia y que no hace muchas carreras estaba prácticamente descartado por todos, logró el título tras sumar en Brasil su séptimo triunfo de la temporada -es el piloto que más premios ha ganado en 2007- y el decimoquinto de su carrera en la Fórmula Uno. Ferrari se quedó con todo en una de las temporadas más convulsas de la historia. Ganó el título Mundial tras la sanción impuesta a McLaren-Mercedes por el caso de supuesto espionaje a la escudería italiana, y ayer se quedó con el de pilotos tras arrebatárselo a los dos pilotos que llegaron a Interlagos como máximo favoritos, Hamilton y Alonso.