Tomás Sánchez Venzalá «La salvación es posible». Así de claro lo dijo ayer Fernando Pastor, entrenador de un Copisa Eivissa que todavía no sabe lo que es puntuar y ocupa la última posición. El técnico recordó que cayeron en la última jornada contra «el quinto... y de un gol», por lo que tiene motivos para pensar que la permanencia es algo más que una mera utopía. El míster restó importancia a la última acción del choque, en la que Rubio, solo ante el portero, perdonó el empate: «Para fallarla hay que estar ahí. Es la jugada que se nos queda a todos en la retina, pero todo el mundo falla y tiene tanta culpa como los que habían fallado anteriormente, no más».

El asturiano señaló que «ganando tres partidos, estaríamos posiblemente salvados». Y entre esas victorias se deben encontrar «una ante el Esplugues y otra contra el Sant Joan». «Estamos obligados a ganarles, porque son el penúltimo y antepenúltimo en la tabla. Si no lo lográsemos, les estaríamos dando cuatro puntos de ventaja», explicó el preparador, quien agregó que «luego, deberíamos recuperar la distancia que tienen contra otros, ya fuese en casa o fuera».

Pastor recordó que ambas escuadras «tienen que pasar por nuestra casa», donde «estamos jugando bien, por lo que no es imposible que consigamos la permanencia. Sabemos que es un reto complicado y lo afrontamos como tal. Somos un equipo modesto y el que peor lo tiene. Está muy crudo, pero no es imposible».

Y no lo es por la simple razón de que el Copisa Eivissa es «un equipo muy combativo» y nunca arroja la toalla. Su insistencia, casta y tesón es precisamente lo que le llevó a «tener contra las cuerdas al Sagunto "líder de la categoría que ganó por 26-29" y el Barça "los barcelonistas vencieron por 36-32"», además del Sant Esteve (27-28).

Dada la precariedad económica de la entidad, el asturiano dijo que «el club no se plantea traer refuerzos». «Sólo esperamos que Pablo arregle sus papeles para que vuelva cuanto antes», sentenció Pastor.