Imagen de una acción entre un jugador del Barça Atlètic y el medio centro del Eivissa Raúl Garrido.

A la SE Eivissa parece que se le atragantan los filiales. La derrota in extremis sufrida el sábado ante el Barcelona Atlétic, equipo recién ascendido a Segunda división B, no hizo sino confirmar las enormes dificultades que tiene el cuadro rojillo para doblegar a jugadores jóvenes pero con terrible calidad técnica.

La maldición de los filiales persiste en la pretemporada, y es que en los dos encuentros disputados ante los canteranos de Villarreal y Barça, los de Joan Francesc Ferrer, Rubi, no han visto puerta.

Si echamos la vista atrás, descubriremos dónde nacen los problemas del equipo de Can Misses. En la primera jornada de la liga 2007/08, los hombres de Luis Elcacho sólo pudieron empatar a uno ante el Espanyol B, por aquél entonces dirigido por Rubi. El siguiente encuentro era frente al Villarreal B, que endosó un duro 3-0 al Eivissa. Los deportivistas se repusieron en la jornada siguiente venciendo 2-1 al Levante B, en la que sería la primera y última victoria ante un filial.

En la segunda vuelta las cosas fueron a peor. Tras un nuevo empate ante el cuadro de Montjuic, el Eivissa perdió en casa 0-2 frente a los del submarino amarillo y en el encuentro siguiente ante los blaugrana por 3-1.

Ahora, los pinchazos veraniegos redondean a la baja unas estadísticas que reflejan que el Eivissa sólo ha podido ganar un partido de ocho disputados ante canteranos. Tres han sido los empates cosechados por los rojillo, mientras que las derrotas ascienden a cuatro. En cuanto a los goles, el Eivissa ha conseguido cinco a favor y doce en contra.

El sábado ante el equipo que dirige Luis Enrique faltó ritmo y claridad de ideas. Bien es cierto que hubo fases del encuentro en las que el Eivissa tomó las riendas del choque, fundamentalmente a través de un vertical Raúl Rodríguez.

La velocidad y la condición física, sumados a la técnica individual que atesoran la mayoría de filiales, suponen un auténtico quebradero de cabeza para los jugadores de Rubi, quien conoce a la perfección a este tipo de equipos y que, a buen seguro, buscará soluciones para romper la maldición.

Falta de gol

Una de las carencias del equipo se encuentra en la punta de ataque. El francés Julien estuvo demasiado aislado y cuando recibía el balón tampoco afinaba con los controles y las asistencias a sus compañeros. La salida al terreno de juego del ex jugador del Palamós, Carlos López, tampoco iluminó el ataque rojillo, mientras que Dani Ederra -jugador a prueba- actuó en banda y no es el hombre gol que necesita el Eivissa. La secretaría técnica sigue sondeando el mercado en busca de su '9', ese hombre que solucione los problemas de falta de gol.