El piloto español se mostró eufórico en el podio.

Sergio Alvarez SINGAPUR

El español Fernando Alonso (Renault) volvió a ganar un Gran Premio de Fórmula Uno 385 días después de su último triunfo y lo hizo en una carrera, la nocturna de Singapur, que un día antes había considerado perdida por causa de una avería que le hundió en el decimoquinto puesto de la formación de salida. Alonso, cuyo último triunfo lo logró el 9 de setiembre de 2007 en el Gran Premio de Italia, en Monza, ganó en el trazado urbano de Singapur en su mayor remontada por delante del alemán Nico Rosberg (Williams Toyota) y del británico Lewis Hamilton (McLaren Mercedes), cada vez más sólido líder del Mundial.

El español se alió con toda la suerte que le faltó el sábado para lograr su vigésima victoria del Mundial y el podio número 50 de su carrera. En total, Alonso ha tardado 19 carreras y 385 días en volver a lo más alto del podio y escuchar de nuevo el himno nacional. Renault llevaba, además, 31 carreras sin ganar.

Sabedor de que desde el decimoquinto puesto de la parrilla no le quedaba otra que asumir riesgos, el español optó ayer por una estrategia de dos paradas e ir muy corto de combustible en el sector inicial, antes de su primer repostaje.

Progreso

En la salida ganó tres plazas hasta colocarse duodécimo. Fue el primero en poner gasolina y cambiar neumáticos, en la duodécima vuelta, y se encomendó a una posible salida del coche de seguridad, con Massa, Hamilton y Raikkonen en los tres primeros puestos. Y el deseo se hizo realidad sólo dos vueltas después merced a un accidente de Piquet, que le brindó en bandeja la salida a la pista del safety car. Al marcharse, Rosberg pasó a comandar la prueba, por delante de Trulli y Fisichella, Kubica y Alonso, pero con la seguridad de que el alemán y el polaco iban a ser sancionados y que los dos transalpinos aún tenían que parar a repostar. El liderato de Alonso se hizo realidad cuando todos esos requisitos fueron cumpliéndose. El español pasó a la primera plaza en la vuelta número 34 (61 en total), algo que no saboreaba desde el Gran Premio de Brasil del año pasado, e imprimió un ritmo endiablado para evitar cualquier tipo se sorpresa que le impidiera lograr el triunfo. Al parar por segunda vez, el español había acumulado una renta tal que le permitió mantenerse en cabeza al regresar a pista. Pero no todo estuvo bajo control. A falta de once vueltas, la tensión volvió a Renault ya que un accidente de Sutil hizo que el coche de seguridad volviese a pista, lo que anulaba la ventaja amasada por Alonso. Pero al reanudarse a prueba puso el pie en la tabla y se lanzó sin piedad hacia una victoria imposible.