El Eivissa no gana para sustos. El pasado domingo, Julien Hornuss tuvo que ser ingresado en el Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy tras una dura caída que le afectó en las cervicales, una lesión que le impide jugar hoy ante el Lleida. Sin embargo, más grave aún fue la lesión sufrida en el entrenamiento del viernes por la noche del Eivissa B de Toni Curuné, que sufre una fractura de cráneo y estará presumiblemente unos meses de baja. «Fue un balón que yo peiné y un compañero, a la hora de rematar, me golpeó en el cuello, con tan mala suerte que me fracturé el hueso occipital en la caída. No me acuerdo de gran cosa, aunque sí noté un crujido cuando golpeé contra el suelo y después caí inconsciente. Cuando me desperté ya estaba en la cama del hospital», afirma el defensa, que llegó esta temporada al filial rojillo procedente de la Peña Deportiva.

Las primeras pruebas mostraron la gravedad de la lesión. «Todavía tengo que estar un par de días en el hospital y el lunes me harán más exámenes para comprobar si necesito pasar por el quirófano. Lo que sí está claro es que tendré que estar bastante tiempo alejado de los terrenos de juego. Depende de si me operan o no, pero en principio me dicen que no podré jugar en al menos dos o tres meses. Es un palo muy gordo», afirma el jugador, que quiso agradecer todas las muestras de apoyo recibidas a lo largo del día de ayer, «especialmente de la directiva y del cuerpo técnico del Eivissa».