Los jugadores de la Peña celebran uno de los tantos logrados en Can Misses. Foto: MARCO TORRES

La Peña Deportiva volvió a pasar por encima de la SE Eivissa en el derbi insular de la categoría de bronce. Eso sí, esta vez fue el equipo rojillo el que puso el juego y el peñista, los goles, que, al fin y al cabo, son los que mandan en el deporte rey. Alfredo Santaelena se quedó así sin disfrutar de un dulce debut en casa y continúa sin saber lo que es puntuar tras dos jornadas al frente del barco de Can Misses. Por su parte, los de Santa Eulària acabaron con su gafe a domicilio y obtuvieron su primer triunfo lejos de casa en lo que va de campaña.

Nadie se habría imaginado un final así vistos los primeros minutos de juego. La SE Eivissa, sin Germán ni Jonan en la convocatoria -Alfredo desveló anteayer que «probablemente se irán» y tienen ya un pie y medio fuera de la isla-, salió como un auténtico ciclón, con más fuerza incluso que el viento reinante en la tarde de ayer.

Gol tempranero

Sólo dos minutos tardó el cuadro local en mostrar sus intenciones, cuando Raúl Rodríguez remató al muñeco un balón caído del cielo dentro del área. Àngel Sánchez dio continuidad al hambre de victoria de los suyos con una internada por el costado derecho finalizado con un zapatazo al primer palo que Pociello despejó a córner. Fue el preámbulo del 1-0, porque, como reza el dicho, a la tercera va la vencida. En la ejecución del saque de esquina, el esférico voló hasta el segundo palo, donde Rial, que ocupó la plaza de Germán, cabeceó a la perfección al fondo de las mallas. En Can Misses se las prometían felices. El Eivissa sabía lo que hacía con el balón, mientras que la Peña no era más que un juguete en sus manos.

Hasta Joan Castillo se permitió el lujo de cruzar el campo a lo Maradona para crear una nueva ocasión de peligro en el minuto 10, si bien el pase de la muerte de Pisano no encontró rematador. El público aplaudía, disfrutando del juego de los suyos. Otro huy se escuchó en el 22', cuando Juan Carlos Sanz lanzó una falta directa rozando el palo.

La banda derecha del Eivisa entró entonces especialmente en juego, con un Raúl Rodríguez más activo de lo habitual. El ex del Ontinyent supo explotar su velocidad para sacar centros y disparos, como el del 34', con asiduidad.

Primer cambio

Luis Elcacho le vio las orejas al lobo y, como no quiso que la Peña Deportiva acabara como la abuela de Caperucita, introdujo rápidamente su primer cambio. El lateral derecho Manolo Aparicio abandonó el terreno de juego y el interior Àngel Guirado entró en escena en el minuto 37. Su aparición no pudo ser más oportuna; Ondina se disponía a ejecutar una falta desde la izquierda cuando el malagueño se puso delante de Manu, molestando lo suficiente como para que el portero se tragara por completo un balón que acabó colándose por su palo. Increíble, pero cierto. Ondina mandó callar a todos, como si de Raúl Blanco se tratara, y los santaeulalienses, sin haber hecho nada del otro mundo, se metieron en el partido. Es más, incluso estuvieron a punto de nadar en aguas revueltas dos minutos después en un cabezazo de Tino que el cancerbero despejó a córner.

La réplica la dio Juan Carlos Sanz en el 45', con un jugadón por la banda izquierda que acabó con un remate de Pisano que se estrelló en una nube de defensores visitantes. Aún hubo tiempo para una oportunidad más. Ondina estuvo a punto de repetir su gol en una acción muy similar en el 46', pero el balón se marchó fuera tras botar al borde del área pequeña.

Heredia se destapa

Tras el asueto, la SE Eivissa salió de nuevo con fuerza y José García trató de aprovechar el hecho de jugar con el viento a favor para lanzar un zambombazo al minuto y medio que se marchó cruzado. Pero, esta vez, el equipo rojillo no supo dar continuidad a su juego y, poco a poco, fue perdiendo el dominio aplastante de la primera parte, igualándose las fuerzas. Heredia reclamó su parte de protagonismo y empezó a tirar del carro visitante, haciendo gala de su capacidad de desequilibrio. Una buena jugada del gaditano en el 58' finalizó con un disparo de Fofi que salvó Raúl Garrido en su camino hacia el gol. Luego, el propio Heredia se escapó por la izquierda y sólo la oportuna salida de Manu impidió que marcara.

Alfredo decidió dar frescura a su ataque con un cambio natural en el minuto 65: Julien por Pisano. Pero todo seguía igual. Heredia presionó a José García cuando se disponía a ceder el balón a Manu y éste se vio obligado a mandar el balón a saque de esquina. El gaditano no lo sabía todavía, pero acababa de sacar petróleo, porque, en la ejecución, Ondina puso el balón en la cabeza de Buti para que el ex rojillo subiera el 1-2 al marcador.

Cambio de guión

El tanto sentó como un jarro de agua fría en Can Misses y el duelo cambió por completo. El Eivissa desapareció del partido ante un equipo peñista que se creció muchísimo y se hizo dueño y señor del encuentro. Ni la entrada del delantero Javi Moreno por el pivote Raúl Garrido -y muchísimo menos la de Olalla por José García- sirvió de nada. Buti había asestado un golpe en el mentón del conjunto local. A los puntos, posiblemente el Eivissa había merecido más, pero el central resolvió el choque por K.O. Tumbado en la lona, el Eivissa ya no supo levantarse y pasó a ser el juguete de la Peña, invirtiéndose los papeles del guión inicial.

Sanz pudo nivelar la contienda en el 80' cuando apareció solo en el segundo palo, pero Pociello lo evitó. Luego, Heredia y Buti pudieron hacer más sangre, pero el marcador ya no sufrió cambios. La Peña, por segunda vez esta temporada, golpeó a la SE Eivissa y acabó con su gafe a domicilio.