Sebas y Ernesto, jugadores del Gasifred, celebran el 1-1, obra de este último. Foto: IRENE G. RUIZ

Gasifred Ciutat d'Eivissa 5

Inca 4

GASIFRED CIUTAT D'EIVISSA: Iván; Luis Coria, Roberto Herrero, Ernesto y Nino -cinco inicial-, Dani Galiana, Clayton, Miguelito, Sebas, Carlos Gómez, Fran Heredia y Juli.

INCA: Juanan; Ratita, Juanmi, Valiente y Samu -cinco inicial-, Ramis, Merchán, Palomo, David, Edu y Falsone.

Àrbitros: Israel Castellanos y Roberto González (Valencia). Amonestaron con tarjeta amarilla a los locales Sebas, Iván y Clayton, y al visitante David.

Goles: 0-1, Juanmi (13'). 1-1, Ernesto (13'). 1-2, Juanmi (13'). 2-2, Roberto Herrero (14'). 2-3, Miguelito, en propia puerta (20'). 3-3, Ernesto (22'). 4-3, Roberto Herrero (23'). 4-4, Juanmi (37'). 5-4, Ernesto (40').

Incidencias: Partido de la vigesimoctava jornada del grupo VI de Primera Nacional A, disputado en el pabellón Blancadona ante 500 espectadores.

Tomás Sánchez Venzalá

Si la fe mueve montañas, el Gasifred Ciutat d'Eivissa mueve el mundo. Porque lo suyo no es fe, sino fe al cuadrado, casta, ambición, entrega, derroche y calidad, mucha calidad. En un pabellón Blancadona engalanado, sabedor de que ayer por la tarde podía fraguarse el retorno a División de Plata, el equipo azulino no falló. Y no porque el Inca se lo pusiera fácil precisamente -de hecho, no lo hizo-, sino por el hecho de que esta campaña está escrito que el Gasifred debe volver a la segunda categoría nacional... y no por decreto, sino por todas las características anteriormente mencionadas.

Ayer, los guiones de Alfred Hitchcock volvieron a empequeñecer merced a las lecciones de suspense que sirve el Gasifred jornada tras jornada. El cuadro azulino volvió a poner el corazón de los espectadores en un puño para, finalmente, brindarles un orgasmo de alegría a falta de siete segundos para el final. Los ibicencos habían enviado fuera previamente la pelota a falta de 15 segundos para el final cuando atacaban con el portero-jugador. Parecía que, esta vez, jugar de cinco no iba a dar el resultado de otras tardes. Pero no sólo Tom Cruise cumple misiones posibles. Clayton presionó arriba, recuperó la pelota al borde del área y se la cedió a Ernesto, quien sólo tuvo que empujarla al fondo de las mallas. El medio millar de gargantas que se citó en Blancadona y el equipo pitiuso explotaron de alegría, conscientes de que estos tres puntos dejan el campeonato liguero prácticamente visto para sentencia.

El Gasifred sufrió lo suyo para noquear a un bien plantado Inca, que planteó el partido al contragolpe en base a una sólida defensa. El cuadro de Escrich, que vio el partido desde la grada por sanción, asumió la responsabilidad de circular el balón, pero se estrelló repetidamente en un tan buen como irregular Juanan, capaz de hacer tanto grandes paradas como pifias inesperadas. Juanmi adelantó por partida doble a los mallorquines, pero la reacción local, liderada por un inconmensurable Ernesto, sólo fue cuestión de segundos. Finalmente, un autogol de Miguelito, segundos después de que Clayton fallara un penalti, llevó a los visitantes con ventaja a los vestuarios.

En la segunda mitad, el decorado cambió en un santiamén. Ante una defensa tan cerrada, el Gasifred decidió probar fortuna con disparos exteriores. Y en el primero de ellos, Ernesto hizo las tablas con un disparo a la escuadra. En la siguiente jugada, Roberto Herrero completó la remontada tras una salida en falso del portero visitante.

Ahora, el Inca iba a tener que arriesgar y estirar sus líneas, lo que aprovechó el Gasifred para encontrar numerosos espacios. Sin embargo, no acertó con la puerta de Juanan, que se creció ante las adversidades y dio alas a los suyos para que empataran con una volea de Juanmi.

Cuando el partido agonizaba, el Gasifred se encomendó a la heroica. Ernesto firmó su hat-trick y dejó el título en el bolsillo de los ibicencos. El título ya es sólo cuestión de tiempo, pero el campeón ya se sabe quién es: el intratable Gasifred.

«Cuando nos fuimos al descanso por debajo en el marcador, les dije a los jugadores que no teníamos nada que perder y siguieran trabajando. El empate no era excesivamente malo, porque tendríamos un partido de margen, pero tuvimos la fortuna de marcar dos goles rápido», comentó José Luis Pérez Escrich, técnico del Gasifred que cumplió ayer 38 años. El entrenador lamentó que «no estuvimos acertados en los últimos metros». Sobre la recta final, dijo: «Con 4-4 teníamos que ir a por el partido y hemos arriesgado». El míster se ve con el título, porque «es dificil que el Corbera gane al Inca a domicilio».

Quedan sólo dos partidos para que concluya la competición y el Gasifred lo tiene todo de cara para proclamarse campeón. Un simple empate, ya sea en Manacor la próxima semana o en casa en la última jornada, le daría matemáticamente el título y el consiguiente ascenso. Sin embargo, ni siquiera es necesario que el equipo azulino puntúe para acabar primero. El Corbera, que la próxima semana visita a un herido Inca y ayer venció al Ripollet (6-1), no se puede permitir ningún tropiezo en ninguna jornada. De lo contrario, el Gasifred ganaría la Liga aun sin sumar más puntos.