Rubén J. Palomo / Tomás Sánchez

Moro, Aparicio, Abel, Villodre, Fofi, Iván Torres, Youssouf, Oski, Del Moral, Raúl Salas y Carlos López. Ése es el once titular más probable de Peña Deportiva que aspira a colarse entre los cuatro primeros de la Tercera Balear. Una alineación que cuenta con hombres experimentados en la categoría, futbolistas que provienen de Segunda División B y jóvenes promesas, como Abel o Carlos López, que apuntan muy alto y que han conseguido la confianza de Luis Rueda, técnico del plantel de Santa Eulària.

Pero ese equipo de gala que ha conformado el club se queda un tanto cojo si miramos el banquillo. No tanto por la falta de calidad de los teóricos suplentes como por el número de efectivos de garantías que ofrece el vestuario peñista. Nico Branconi, Berto, Gavilán y Raúl Gómez completan el grupo de jugadores contrastados y que bien podrían aparecer en ese once, si bien los dos últimos se recuperan de importantes lesiones y no parecen de la partida en las primeras jornadas del campeonato balear.

El guardameta ovetense Eneko también ha estado parado gran parte de la pretemporada por diversas molestias, aunque será un rival de lujo para el asturiano Moro.

El resto de futbolistas que componen la plantilla de Luis Rueda son canteranos o proceden de categorías menores. Jugadores como Toni Ramírez, Rubén Martínez, Vicent o Xavi Cervera lucharán por un puesto en un equipo que aspira a todo, pero al que se le echa en falta un mayor fondo de armario.

Las lesiones pueden suponer un auténtico quebradero de cabeza para el preparador de Oviedo si las cosas se complican desde el inicio. Luis Rueda ya avisó en estas mismas páginas que «la plantilla ha quedado un poco cortita», aunque el caché del 70% de los futbolistas del primer equipo debe ser suficiente para alcanzar el objetivo fijado por el club y su entorno, que no es otro que intentar regresar a la categoría de bronce del fútbol nacional.

Los 'rafelers'

Si la Peña luchará por estar arrriba, el San Rafael lo hará por no acabar abajo. El cuadro de Mario Ormaechea tiene como meta la permanencia, para lo que ha confeccionado una plantilla prácticamente ibicenca.

Los rafelers han mantenido el grueso principal de la plantilla del ascenso, reforzada con jugadores, la mayoría ibicencos, con experiencia en Tercera e incluso Segunda División B. Así, por ejemplo, el delantero Adrián Ramos y el defensa Buti, ex peñistas, vienen de la categoría de bronce; el central Adrián Rosa (Mallorca B) logró con los suyos el ascenso a Segunda B el pasado curso; y Carlos Fernández y Víctor llegaron a debutar en la tercera categoría nacional el pasado curso.

A ellos hay que unir hombres de peso como el desequilibrante Julito, capitán del equipo, o Tomás. El proyecto del San Rafael es humilde y su presupuesto no tiene nada que ver con el del resto de clubes, pero su ilusión es tan grande que soñar con la permanencia no es una utopía.

La Peña Deportiva y el San Rafael quieren ir 'de la mano' en su nueva etapa en Tercera División. Ambos clubes ofrecieron ayer una rueda de prensa en las oficinas del campo municipal de Santa Eulària para anunciar varias iniciativas enfocadas a sus aficionados y a la campaña de abonos para la temporada que arranca mañana. Al acto acudieron los directivos de ambos clubes para sellar una entente cordiale que quedó plasmada en un intercambio de carnés de socios entre los presidentes Juan Marí y Paco Guillem Bonet. La principal propuesta para los seguidores de la Peña y el San Rafael consiste en que al adquirir un abono de temporada tendrá cinco tickets para asistir a los encuentros del otro equipo ibicenco. Una alianza que persigue captar el mayor número posible de espectadores en ambos estadios para apoyar de forma masiva a unos y otros. Ambos clubes esperan que la propuesta sea acogida con ilusión y aceptación por parte de los aficionados, sobre todo en el caso de la Peña, que el pasado curso llegó a reunir a más de 1.200 personas en su estadio.