Irene Colomar posa con uno de sus galardones. | Marco Torres

Irene Colomar emprenderá hoy rumbo a Grecia para participar en el Campeonato de Europa por equipos de karate. La ibicenca se encuentra físicamente «genial» y espera conseguir el cuarto título continental consecutivo, que le daría un plus de confianza para el Mundial, a finales de año.

-¿Cómo se encuentra físicamente?
-La verdad es que me encuentro genial. Ya terminamos la concentración y las sensaciones son muy buenas. Tengo la lesión completamente olvidada. Al principio estaba con el miedo de ver cómo me iba a encontrar, pero está yendo genial. Ni molestias ni nada.

-¿Cuál es el objetivo en la cita continental?
-Aspiramos a ganar. Llevamos tres años consecutivos haciéndolo y a ver si podemos ganarlo por cuarta vez seguida.

-Dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse, pero ustedes hacen que mantenerse parezca hasta fácil.
-No lo tendremos nada fácil. Para todo el mundo somos el rival a batir. Somos el equipo fuerte y nos tienen ganas, por decirlo de alguna manera. A ver qué tal se nos da el sorteo.

-¿Qué equipos serán los principales rivales?
-Yo diría que Turquía, Alemania y Grecia, que seguro que este año dará guerra porque organiza el campeonato y lo habrá preparado muchísimo. Tampoco hay que olvidarse de las francesas.

-¿No ganar el oro sería un fracaso?
-Yo creo que no. No se le podría llamar fracaso porque mantenerte siempre arriba es complicado. Lo ideal es no bajar del podio. Si se puede estar en lo más alto, perfecto, pero tenemos que subir al podio.

-¿Dónde está la clave de España?
-Está en que somos un equipo muy completo. La verdad es que todas las componentes somos muy fuertes y, además, tenemos una amistad y feeling muy grande. Eso hace que el equipo sea aún más fuerte. Cuando no tira una, lo hace otra.

-Un triunfo vendría bien para el Mundial.
-Sí. La cuestión es hacer un buen papel ahora de cara al Mundial, donde queremos estar en el podio. Hemos sido subcampeonas en los dos últimos años y estaría bien dar ya el salto al escalón más alto, pero aún queda mucho.