Raúl Gómez lucha con un futbolista del Poblense por un balón.

La imagen de impotencia y debilidad que ofreció ayer la Peña Deportiva en su derrota frente al Poblense (0-2) ha hecho que el club decrete el estado de alarma en la plantilla, emulando la decisión tomada hace unos días por el Gobierno a consecuencia del plante de los controladores aéreos, para revertir por lo civil o lo criminal una situación crítica, terminal, que ha dejado al equipo en la octava posición a nueve puntos del play off y a 17 del Binissalem, primer clasificado.
La Peña Deportiva perdió ayer su segundo encuentro consecutivo -tercero de la temporada- frente a un poderoso Poblense que se escapa en la segunda plaza y que ya aventaja a los pupilos de Luis Rueda en 14 puntos.
El grupo de Enric Cánovas sorprendió a una Peña asfixiada por las lesiones, las desgracias -ayer cayó Fofi y podría perderse lo que resta de año- y la evidente falta de competitividad, y compromiso en algún caso, de una plantilla menguada.
El Poblense saltó al césped de Santa Eulària con cuatro goleadores, exhibió una excelente labor defensiva y se mostró letal con las concesiones del equipo ibicenco. Ante el potencial del cuadro azulgrana nada pudo hacer la escuadra local, que tardó en hilvanar una jugada más de 20 minutos y sólo efectuó un disparo a puerta en todo el partido.
Luis Rueda se había visto obligado a improvisar de nuevo su esquema inicial al no poder contar con cuatro titulares. El hombre más en forma de la Peña, Edu Moral, vio la primera parte desde el banquillo por las molestias físicas que arrastra. Vicent, el futbolista encargado de suplirlo, tuvo que pelear con una nutrida y férrea zaga que nunca ofreció fisuras. El ibicenco naufragó en ataque, desatendido en la banda derecha por la indolencia de Maxi Re; abandonado a su suerte por un centro del campo nublado por la presión de su rival.
Las primeras acciones ofensivas del encuentro corrieron a cargo de los futbolistas de banda Gili y Coll. En jugadas a balón parado también despertó el Poblense a una Peña encogida y superada. Rueda no tardó en corregir y arengar a sus pupilos para que dieran un paso al frente.
El Poblense siempre mantuvo un semblante de superioridad que Alfonso a punto estuvo de plasmar en el marcador a la media hora de juego. Canals habilitó de tacón a su compañero de ataque, que marró ante la salida de Moro.
En los últimos minutos la Peña pasó más apuros, sobre todo por el carril derecho donde Romero y Maxi se vieron desbordados.
El técnico asturiano movió el banquillo en el descanso. Dio entrada a Edu Moral y el equipo, al menos en los primeros compases de la reanudación, ofreció una cierta sensación de ambición y coraje por buscar una necesitada victoria.
Sin embargo, el Poblense se encargaría pronto de truncar las esperanzas locales. Toni Coll cazó en el vértice izquierdo un balón bombeado y, sin dejarlo botar ejecutó una volea que sorprendió a Moro y se coló por el palo largo (min. 55).
El 0-1 cayó como un jarro de agua fría en la Peña, que poco después perdería a Fofi al lastimarse el tobillo en la caída de un salto. Tampoco ayudó el colegiado Félix Guerrero a superar las adversidades. Entonces, llegó la puntilla. La Peña, volcada, dejó desnutrida la defensa en un contragolpe. Romero perdió de nuevo la posición y Alfonso aprovechó para ganar por velocidad a la zaga y batir con cierta facilidad al meta de la Peña (min. 73).
El equipo no pudo reaccionar. Rueda ya había hecho los tres cambios y dos de ellos eran canteranos (Yeste y Nil). El bloque de la Villa del Río había hincado la rodilla ante un rival que ayer fue muy superior. Moro, en el último minuto, despejó al larguero un cañonazo de Saúl que pudo terminar de desangrar a la Peña.
Hundidos
Las caras de los pupilos de Luis Rueda al abandonar el campo eran reveladoras. Acababan de encajar su tercera derrota ante los tres 'grandes' de la categoría. La desolación de la plantilla fue de tal dimensión que permaneció encerrada en el vestuario en un ejercicio de autocrítica y conjura.
La directiva, por su parte, no ocultó su malestar con la imagen mostrada por el equipo en general, y por algunos futbolistas en particular. El club respalda al técnico y considera que son los jugadores los que deben revertir la delicada situación del equipo.