Las jugadoras celebran la victoria ante el Celta.

El Palacio de Congresos deberá recorrer la friolera de 7.248 kilómetros en una semana que se presenta viajera para el conjunto ibicenco. El aplazamiento la semana pasada de su encuentro ante el Extrugasa ha supuesto que al equipo le toque hacer los dos desplazamientos más largos de la competición casi de forma consecutiva, lo que aumenta considerablemente el kilometraje que acumula la plantilla.
El equipo que entrena Miguel Àngel Ortega parte mañana a partir de las 14,00 horas con destino a Vilagarcía de Arousa. El equipo vuela primero a Madrid (464 kilómetros) y, desde ahí, se traslada a la localidad pontevedresa (645). El partido, que se suspendió el pasado 5 de diciembre debido a la humedad en la pista, se reanudará este miércoles a las 20,30 horas con 0-2 a favor del conjunto ibicenco y con dos tiros libres a favor de la local Mandisa Stevenson. El club gallego abobará los costes de desplazamiento y alojamiento del Palacio de Congresos y ha estimado en unos 5.000 euros el gasto que supuso el aplazamiento del encuentro, que correrán a cargo del Concello.
Tras hacer noche en Vilagarcía, la expedición madruga para viajar el jueves a Eivissa a partir de las 7:35. En total son 2218 kilómetros entre ida y vuelta. Dependiendo de la hora de llegada se ha programado un entrenamiento por la tarde. El viernes por la mañana hay prevista otra sesión de trabajo y, a las 14,00 horas, toca regresar al aeropuerto para desplazarse a Las Palmas. Otra vez un vuelo a Madrid (464 kilómetros), para tomar otra conexión hacia Canarias, que está a 2.051 kilómetros de la capital.
El partido ante el equipo grancanario se disputa a las 18,00 hora local. El viaje de regreso, también con doble enlace, se realizará en la madrugada del domingo, a partir de las 7:05. En total 5.030 kilómetros en ir y volver. La plantilla, cansada ya de tanto madrugón, kilometraje y minutos de competición, tendrá jornada de merecido descanso a su llegada a es Codolar. Con estos dos partidos llegará el parón navideño. Pero hasta entonces, ya saben, carretera y manta.