Cucu, felicitado por el primer gol. | Marco Torres

San Rafael: José Antonio, Raúl Galera, Olmos, Buti, Víctor, José Luis, Pedro, Javi (Bonilla, 46'), Suso, Cristóbal y Cucu (Carlos Fernández, 74').
Binissalem: Montse, Reynés (Oliver, 80'), Miguel Àngel Salas, Maties, Contreras, Chus Seco, Forteza (Pascual, 90'), Fuster, Jota (Plata, 64'), Tolo Velasco y Miquel López.
Goles: 1-0, Cucu (6'). 1-1, Reynés (37'). 1-2, Contreras, de penalti (79'). 2-2, Cristóbal, de penalti (83').
Àrbitro: Ferrer Perelló. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Buti, José Luis, Pedro y Víctor, así como a los visitantes Contreras, Jota y Maties.
Incidencias: Partido jugado en el Municipal de Sant Rafel ante unos 300 espectadores.

Como una victoria. Así supo ayer el puntazo conseguido ayer por el San Rafael ante el todopoderoso Binissalem, primer clasificado en la tabla. El líder volvió a marcharse con la cabeza baja ante los 'rafelers', con los que no han podido ni en la primera ni en la segunda vuelta. El 'San Rafi' se ha convertido en la auténtica bestia negra de los mallorquines, que han firmado dos de sus seis empates ante los azulinos.
Lo de los pupilos de Mario Ormaechea tiene mérito, mucho mérito. A pesar de que la plantilla estaba muy mermada por las bajas, han sido capaces no sólo de tutear al conjunto de Tomeu Pons, sino de incluso darles un baño por momentos.
Desde luego, sus 20 primeros minutos fueron de otra galaxia, 'made in' FC Barcelona. Circulación del balón casi al primer toque, buen posicionamiento, velocidad y facilidad para ocupar los espacios trajeron por la calle de la amargura a los visitantes. Parecían que se habían intercambiado los papeles y que el mandamás de la categoría era el cuadro ibicenco.
La superioridad de la escuadra local era tal que sólo necesitó seis minutos para desequilibrar la balanza. Cucu le ganó la partida a Montse y marcó a puerta vacía. 1-0 y ya nadie recordaba del posible penalti por mano no señalado en el arranque del encuentro.
El tanto acrecentó incluso el nivel de los de Ormaechea. Cristóbal, que parece llevar toda la vida jugando en este equipo por la facilidad con la que se ha adaptado tras su llegada en el mercado invernal, empezó a generar peligro con asiduidad. Primero, dio un pase de la muerte a Suso, cuyo disparo acabó en el palo después de tocar en las 'manos de mantequilla' de Montse. Acto seguido, una jugada de tiralíneas acabó con un remate cruzado de Cristóbal que el portero repelió a córner.
Cuando se mascaba el segundo, el Binissalem apareció de la nada para poner fin al dominio 'rafeler'. Un chut de Forteza despejado por José Antonio, en el minuto 24, despertó a la bestia. El centro del campo local perdió solidez y los azulinos comenzaron a llegar tarde, lo que supuso las primeras tarjetas del partido para Buti y José Luis. Finalmente, los mallorquines igualaron la contienda antes del descanso, en un remate a placer de Reynés, libre de marca en el punto de penalti.

Segunda parte
Tras el descanso, las fuerzas se igualaron. Las ocasiones de gol se redujeron de forma considerable con respecto al periodo anterior, tal vez por el respeto que se habían ganado unos y otros en el primer acto. Bonilla, demasiado escorado, fue el primero en probar fortuna tras un centro pasado, en el minuto 52. La réplica la dio Reynés en el 65', en una jugada de córner que obligó a José Antonio, bien colocado, a meter los puños para evitar el gol.
La locura se apoderó del encuentro en el último cuarto de hora. Primero, José Luis, zigzagueando hacia la frontal del área, acarició el tanto con un disparo exterior. Poco después, una mano, presumiblemente involuntaria, de Pedro fue sancionado como penalti por el árbitro. Contreras no perdonó desde el punto fatídico.
Quedaban sólo 11 minutos por delante y el líder había completado la remontada. Parecía improbable que el marcador sufriera más cambios, más con el Binissalem delante, pero para el San Rafael no hay nada imposible. Tras un balón en profundidad, Carlos Fernández cayó dentro del área y el trencilla pitó penalti. Cristóbal asumió la responsabilidad y no falló. Los olés inundaron la grada con cada toque 'rafeler'. La afición, satisfecha, celebraba así un empate con sabor a victoria, pues su 'matagigantes' volvió a ejercer como tal para dejar, más que un punto, un puntazo en casa.