La gran rivalidad que existe entre el HC Eivissa y el Gamaservi Puchi, los dos equipos punteros del balonmano pitiuso, vivió ayer uno sus capitúlos más negros tras el derbi disputado ayer en el pabellón de es Pratet. El partido, en el que se decidía el campeón de Eivissa y que terminó con victoria del Puchi por 19-29, se calentó con algunas acciones fuera de lugar que provocaron incidentes a la salida del pabellón.
«Todo empezó porque uno de los jugadores del HC Eivissa, Alberto, tras marcar un penalti, hizo un gesto ofensivo a la grada dirigido a nuestros aficionados. Tras el partido, en el párking de es Pratet, un jugador del Puchi le recriminó ese gesto, se metieron varias personas de por medio y empezaron los gritos y las discusiones. Un coche de la Policía pasaba por ahí y un aficionado le llamó para que las cosas no fueran a más», aseguró José Antonio Ferrer, uno de los responsables del Puchi.
Miguel Àngel Escandell, presidente del HC Eivissa, lamentó dichos incidentes «porque van a empañar un partido que había sido muy deportivo y que presentaba un aspecto inmejorable en la grada, con el pabellón prácticamente lleno». Según Escandell, la directiva del HC Eivissa se reunirá hoy «para tomar las medidas correspondientes. Eso sí, nuestro jugador no fue el único implicado en todo este incidente». El Puchi y el HC Eivissa jugarán a partir del 6 de marzo el play off de Segunda División frente a los dos primeros de Mallorca.