El San Rafael no puede tener una semana de tranquilidad. El equipo que entrena Mario Ormaechea, en estos últimos días, ha sido sacudido por dos noticias de diferente calado, uno que afecta a los despachos y, otra, a los terrenos de juego. La primera ha sido el anuncio de Francisco Bonet de su intención de abandonar la presidencia del club después al final de la presente temporada. Bonet ha dirigido al San Rafael durante 17 años y ha decidido marcharse porque, afirmó, «me siento cansado».
La otra noticia negativa puede confirmarse en pocos días. Iván Guzmán se sometió ayer a una resonancia magnética para comprobar el estado de su rodilla y en el club, a la espera de saber los resultados el lunes o el martes, son pesimistas. «Nos tememos que tenga el menisco afectado y que tenga que pasar por el quirófano para someterse a una artroscopia. En ese caso, sería el tercer jugador de la plantilla que es operado este año», se lamentó ayer Ormaechea.
La baja de Iván Guzmán, que según el técnico, «es el jugador más desequilibrante del equipo y apenas ha podido jugar en prácticamente toda la segunda vuelta», se suman las de Cucu, que sigue convaleciente del golpe en el ojo que sufrió en el partido frente al Poblense, y la de Pepe Grimaldo, que en el entrenamiento del jueves sufrió un fuerte golpe en el pie y tiene muy difícil jugar. Por contra, no todo son malas noticias, Ormaechea recupera a los sancionados Olmos y José Luis y a Dani y Bonilla, que acabaron el partido del pasado domingo ante el Felanitx con ligeras molestias.
De todas formas, el San Rafael pone, al mal tiempo, buena cara, y espera sumar algo positivo en el campo del Collerense. «Para eso será importante que estemos acertados de cara a portería, porque creamos muchas oportunidades pero no las rematamos», añadió Ormaechea.