La tripulación del 'Space Ibiza' recoge su trofeo como vencedores de la Versión Este de la Ruta de la Sal 2011. | Marco Torres

El jugar en casa siempre te da algo de ventaja. Eso es algo que se demostró ayer con la victoria en la Versión Este de la embarcación del Club Nàutic Sant Antoni 'Space Ibiza', que se estrena de este modo en el palmarés de la Ruta de la Sal y, además, lo hace en su propio territorio. El barco, un Sun Fast 32 patroneado por José Roselló incrementa, de esta forma, la lista de trece equipos pitiusos -'Argos', 'Monsignore', 'Magarrufa II', 'Obssesion', 'Blue Brothers', 'Alba', 'Beteta Faldo', 'Borrasca III', 'VGC', 'Maison d'el Elephant', 'FJU Makky', 'Aivis' y 'Stelrac' fueron los anteriores- que también han sido profetas en su tierra y que han ganado alguna de las 24 ediciones disputadas hasta el momento en la tradicional regata de altura de Semana Santa, que el próximo año cumplirá sus Bodas de Plata.
La Ruta de la Sal ha disputado este año una de sus ediciones más movidas. Las malas condiciones meteorológicas obligaron al comité de regatas a introducir varios cambios en la prueba, sobre todo en la Versión Este, que tomó la salida el viernes a las 09,00 horas, en vez del jueves a las 14,00, y recorrió 52 millas náuticas en lugar de las 117 habituales. Finalmente el triunfo en tiempo real correspondió al X-65 de José Fabre 'Dos Much', del RCN de Palma, que completó la regata en 10 horas y 59 minutos, mientras que, en la absoluta, el vencedor fue el ya mencionado 'Space Ibiza'. Mientras, el Fortuna 9 'Stelrac' (CN Ibiza) de Carlos Tur, vencedor de la pasada edición, se clasificó en la cuarta posición. «Hay que felicitar a la organización por estas modificaciones, porque el espíritu de la regata es que los participantes nos divirtamos y no que lo pasemos mal», aseguró ayer José Roselló en rueda de prensa.

Más ganadores
En la Versión Norte, los vencedores fueron el JV-50 alemán 'Caro', en tiempo real, y el mallorquín Sigma 38 'Acrobat', en la absoluta. «Cada año es una gran competición con el Atlant del Vent, del que somos además grandes amigos. Este año hemos tenido más suerte que ellos y nos ha tocado ganar, sobre todo porque las condiciones eran perfectas para nuestro barco», declaró Werner Klink, patrón del 'Caro'. «Nuestro barco es más pequeño y no tan rápido como el 'Caro' o el 'Atlant del Vent', por ejemplo. Sin embargo, aguantamos todo lo que pudimos el spinnaker e hicimos una regata bastante rápida. Ha sido una competición muy divertida, lo pasamos muy bien y ojalá hubiera más regatas como esta», señaló, por si parte, Amador Magraner, patrón del 'Acrobat' que, al igual que el 'Space Ibiza', consigue su primera victoria en La Sal.
La valoración de los organizadores y autoridades, mientras tanto, no puede ser más positiva. «Es el tercer año que la Ruta de la Sal llega a Sant Antoni y parece que hemos firmado por cinco años más, por lo que estamos encantados. Hay que agradecer especialmente el buen trabajo de Isabel Subirats, que ha sabido coger la antorcha y que sigue las huella que dejó su marido, Pepe Ferrés», afirmó Javier Planas, Comodoro del CN Sant Antoni, que este año está de obras pero que el próximo «recibirá como se merece a todos los participantes».

Celebraciones
El día de ayer, tras dos días de dura regata, fue de esparcimiento y, sobre todo, de celebración para todos los participantes. Por la mañana, tocó recepción a los navegantes en el Ayuntamiento y, por la tarde, a partir de las 20,00, se entregaron los trofeos a los respectivos ganadores. El acto, al que asistieron unas 300 personas, terminó antes de tiempo debido al apagón general que hubo en Sant Antoni.

Roselló: «El secreto es tener suerte, viento y una buena tripulación»
José Roselló y la tripulación del 'Space Ibiza' dejaron el pabellón local bien alto con su victoria en la Versión Este de la Ruta de la Sal. El patrón desveló las claves de su victoria, que se resumen, en definitiva, en «divertirse en el mar, que al fin y al cabo es de lo que se trata en este deporte».

-¿Cómo fue la regata?
-Muy bien. Sin duda ha sido un acierto de la organización retrasar la salida y recortar el recorrido. Cuando estábamos en tierra, con ganas de navegar y echar horas en el mar, te sienta un poco mal que pase eso, pero la decisión ha sido la correcta, porque de lo que se trata es de disfrutar con la navegación. Es mejor a veces pecar de previsor que luego pagar por un exceso de confianza.

-¿Se imaginaban a la hora de llegar a Sant Antoni que podían ser los primeros en la general?
-La verdad es que primeros, no, aunque sí sabíamos que podíamos estar bien clasificados. Cuando llegamos a puerto, sobre las 21,30 horas, vimos que los barcos que nos podían hacer daño estaban todavía rezagados, pero no imaginábamos que íbamos a ganar. Después nos han dicho que hemos vencido por segundos, que es como se suelen ganar este tipo de regatas. La diferencia suelen ser detalles de navegación que quizá en el mar no te das cuenta pero que luego son decisivos.

-¿Cuál ha sido entonces la clave?
-El secreto es tener suerte, suerte con los vientos, que la hemos tenido; acertar con las decisiones durante la navegación, por lo que hay que estar muy atento, anticiparte un poco a las circunstancias y observar a los demás barcos de la flota; y, sobre todo, es fundamental tener una buena tripulación; tener a bordo un espíritu de ayuda, de prestar atención y de divertirte en el mar, que es de lo que se trata al fin y al cabo.

-El hecho de ganar en casa, ¿es un gran aliciente?
-Por supuesto. Con este barco llevamos ocho años compitiendo y, además, casi con la misma tripulación. Año tras año era la aspiración, aunque no vamos en absoluto con ese espíritu de competir y ganar, sino que lo importante es que nos gusta navegar y que el ambiente que hay a bordo siempre es muy positivo. Este año, sin embargo, tenía la confianza de que nos iba a salir una buena regata y al final así ha sido, aunque hasta que no estás en el mar y no se dan las circunstancias adecuadas no sabes qué va a pasar.

-¿Este triunfo da aún más moral para seguir participando en la regata?
-Mucho más. Seguiremos compitiendo durante mucho tiempo hasta que, como se suele decir, aguante el cuerpo.