Can Misses, regreso al pasado

«Necesitamos el apoyo de la afición». Ese es uno de los eslóganes de la campaña de captación de socios del Atlético Isleño; una petición que mañana domingo, en el partido contra el San Rafael, se puede hacer realidad. Can Misses acoge el primer derbi de la historia del conjunto de Vila en Tercera División y el coliseo pitiuso, después de mucho tiempo, volverá a vestirse de gala en un partido que enfrenta a dos de los conjuntos que arrastran un mayor número de aficionados en Eivissa.
«En Regional venía mucha gente al campo, pero esto es un derbi en Tercera y, lógicamente, esperamos que Can Misses presente un buen ambiente. Quizá el partido llega un poco pronto, porque mucha gente todavía está de temporada y quizá no pueda venir, pero la entrada del domingo puede ser muy importante», afirma Vicente Ferrer, presidente del Atlético Isleño. El encuentro no ha sido ha declarado Día del Club, por lo que los socios del equipo de Vila -entre 250 y 300- entrarán gratis. El resto de aficionados deberán abonar en taquilla una entrada de 10 euros. De este modo, el lleno, por lo menos de la grada principal, está casi asegurado.
Hay que retroceder en el tiempo casi dos años y medio para recordar el último partido que registró una gran entrada en Can Misses. Fue el 24 de enero de 2009 en otro derbi, esta vez en Segunda División B y con la SE Eivissa y la Peña Deportiva como protagonistas. En ese encuentro acudieron al campo unos 1.500 espectadores, en un duelo de rivalidad que se resolvió por 1-2 a favor del conjunto de Santa Eulària. El 3 de mayo de 2009, la SE Eivissa, que ya había consumado el descenso, disputó su último partido en casa en Segunda B, frente al Ontinyent (1-0), con sólo un centenar de aficionados en la grada.
En la temporada 2009/10, la UD Ibiza-Eivissa de Antonio Stina y Onofrio Barone militó en Regional tras descender de Tercera por impagos. Su primer partido, el 27 de septiembre ante el Sant Jordi (2-0), fue seguido por 400 espectadores aunque, con el transcurso de la temporada y tras sumar una decepción tras otra, cada vez era mayor la deserción en las gradas. La UD Ibiza-Eivissa acabó desapareciendo al final de esa campaña.