La noticia de la dimisión de Paco Onrubia ha cogido por sorpresa a la plantilla, que no se esperaba ese desenlace a estas alturas de la competición. «El mismo lunes, el técnico tuvo una charla con los jugadores dentro del vestuario para intentar convencernos de que se podía sacar esto adelante y dándonos ánimos. De repente, uno o dos días después, presenta la dimisión y se tira del barco. A mí, personalmente, no me parece muy normal», afirma Nacho Villodre, jugador y preparador físico del equipo. Para Villodre, uno de los históricos de la Peña, la situación debe cambiar para mejor a partir de ahora. «Los resultados no estaban siendo buenos y había que cambiar algo. Además, daba la sensación de que la Peña jugaba un poco sin estilo esta temporada», declara el defensa, que responde a las acusaciones de Onrubia de que algunos jugadores se alegrarían de su marcha: «Alegrarse no sé, pero es cierto que había gente que no estaba a gusto. De todas formas, el vestuario ahora está tocado y ya no valen las excusas».
Para Carlos Moro, otro de los capitanes del equipo, quedaba mucha competición por delante para intentar enderezar el rumbo en la Liga. «No sé cuáles son sus razones para dimitir, porque es un tema personal. Yo me he enterado por el boca a boca. No es muy común que, en un equipo que está cerca de sus objetivos, dimita el entrenador, pero él sabrá por qué lo hace. Lo cierto es que sólo se han disputado once jornadas y que quedaba margen de sobra para mejorar, porque sólo estamos a cuatro puntos de los puestos de ascenso», declaró el guardameta.
La directiva de la Peña ya se ha puesto manos a la obra para encontrar sustituto a Francisco Onrubia. Por el momento, Muriana, segundo entrenador, se hace cargo del equipo con la colaboración de Villodre y, en principio, se pondrán al frente del equipo este domingo ante el Montuïri.