El Formentera, líder invicto de la Liga de Regional, no solamente tiene calidad, potencial y plantilla. También le acompaña la suerte. El equipo formenterense se llevó ayer un partido trabado y nada atractivo gracias a un penalti transformado por Baby cuando quedaban solamente ocho minutos para la conclusión del partido.
Es verdad que el cuadro local fue el que trató de buscar la portería contraria, el que intentó llevar la batuta del encuentro, pero no menos cierto es que lo hizo sin ideas ni convicción, ante un Luchador que tenía más que claro lo que debía hacer en la pitiusa menor: encerrarse en su parcela, defender a muerte en cada acción del choque y, si sonaba la flauta, aprovechar algún posible contraataque.
Vistosidad nula
La apuesta visitante dio su fruto durante casi todo el partido. No dejó circular el balón a los pupilos de Miguel Ángel Ruiz, que estuvieron más espesos que nunca, y su portería no pasó apuros prácticamente en ningún momento.
Baby fue el único que acarició el gol en las contadísimas oportunidades que tuvo el Formentera. En la primera mitad, el atacante falló la única ocasión del líder de Regional. En la segunda, más de lo mismo. De nuevo Baby falló el que pudo haber significado el primer gol del encuentro. A la tercera llegó la vencida, esta vez desde los 11 metros. Ahí no perdonó el exfutbolista del Almería B, que dio los tres puntos a los suyos en un duelo que no pasará precisamente a los anales de la historia por su espectacularidad.