IBIZA VOLEI

No es de extrañar que el vicepresidente de la española quedara fascinado con la expectación que ha despertado la quinta edición de la Copa Príncipe en Eivissa. Más de un millar de personas han disfrutado de una fase final inolvidable en 'La Bombonera' ibicenca, un pabellón un tanto heterodoxo, diáfano, incluso gélido, que ya es toda una institución del deporte pitiuso gracias al Pacha Ibiza. Y gracias también a la enternecedora formación que dirige de manera casi fraternal Toni Gino muchos aficionados se han enganchado al voleibol masculino.
Similar en la ejecución al baloncesto, cada punto se celebra con entusiasmo y eso genera emoción en el espectador. El dinamismo de este deporte; los remates, los bloqueos o las defensas a ras de suelo resultan tan atractivos visualmente que mantienen aferrados a sus asientos a cada aficionado.
Y Eivissa ha encontrado su representante en el deporte masculino de clubes. El Pacha Ibiza y Es Viver, su humilde morada, desprenden el aroma propio de la máxima categoría.
Un aficionado clamaba desde su localidad tras la final, «¡El año que viene, la Copa del Rey!». Sintomático. La Superliga, ese sueño prohibido hace apenas tres años, es hoy una posibilidad tangible para el Club Voleibol Eivissa, que inicia desde ya su andadura en la Liga de ascenso.
La afición seguirá ahí, fiel a un equipo que encarna valores admirables para todo deportista. Por eso cuenta con un incansable grupo de percusión y una colla de admiradoras que se deja la garganta en cada encuentro. A ellos, poco más se les puede pedir.