Roberto Esteve posa junto a la jardinera de Vara de Rey, ayer en Eivissa. | Rubén J. Palomo

Roberto Esteve Escandell (Eivissa, 26) vive un extraño inicio de temporada con su nuevo club, la Peña Deportiva Vitamelo FS. En su primera experiencia en categoría nacional tras su paso por el Gasifred B, el ala ibicenco es el máximo goleador del equipo de Dudu Baiano con cuatro tantos, y un fijo en sus esquemas. Pero también lidera otro capítulo menos honroso al haber recibido dos tarjetas rojas en cuatro jornadas. Rober, optimista por naturaleza, confía en que su equipo sumará al fin los tres puntos este sábado frente a La Unión Las Palmas.

—¿Imaginaban un inicio de liga tan complicado?
—Quizá no, pero una cosa es la teoría y otra la práctica. No conocíamos los rivales y nos hemos encontrado con dos equipos muy superiores técnica y tácticamente. Los otros dos partidos, contra Bar Mi Casa y Esparraguera, jugamos mejor y pudimos haber ganado.

—La última derrota en casa por 0-6 dolería especialmente.
—Sabemos lo que hay y fue el partido en el que menos casta y orgullo pusimos. Pero no nos quedamos mal porque en la segunda parte se vio a un rival muy superior. Debimos ponerle más ganas, pero cuando empiezas a encajar goles te quedas apagado.

—¿Está tocado el vestuario viéndose penúltimo en la tabla?
—El vestuario no está mal. La salvación sigue a un punto y acabamos de empezar.

—El sábado visitan a un rival con dos derrotas. ¿Es el partido para empezar a crecer?
—Este sábado ganamos seguro, ya nos toca. Se supone que es un rival de nuestra liga, vistos los resultados, y hemos ensayado otro tipo de juego para ver si nos funciona. Jugaremos un 3-1 más defensivo. Los partidos anteriores hemos salido a presionar y batallar el partido y en cuanto nos rompían la línea se plantaban solos contra Iván. A ver si con este sistema salimos bien a la contra y nos funciona.

—¿Esperaba ser el máximo goleador del equipo?
—No me lo creo ni yo. Llevar cuatro de los ocho goles no era en principio lo que me tocaba porque hay compañeros con más gol. También fue porque marqué tres goles en un partido. Físicamente me encuentro bien, se nota que entrené el año pasado con el Gasifred, y el míster me está dando confianza.

—Sí, pero no estará muy contento con sus dos expulsiones.
—Claro que no le gusta al entrenador, ayer -anteayer para el lector- me dijo que sabía que me iban a expulsar. Es la impotencia de ver que te están mareando y fueron dos agarrones para impedir que se quedaran solos. Estás con las emociones a flor de piel y olvidas que tienes una amarilla.