Iñaki trata de proteger el balón ante un jugador del Manacor.

AT ISLEÑO: 0

MANACOR: 1

La maldición de Can Misses continúa. El Atlético Isleño perdió ayer contra el Manacor y sigue sin ser capaz de enlazar dos victorias consecutivas como local. Los pupilos de Antonio Asensio no encuentran la manera de exhibir cierta regularidad en casa, todo lo contrario que cuando actúa a domicilio, donde incluso está invicto esta temporada.

Los de Vila no cuajaron ayer una buena actuación, pero tampoco es que los manacoríes hicieran más. De hecho, el partido en sí fue infumable y las ocasiones de gol brillaron por su ausencia. Eso sí, no sería por el estado del terreno de juego, que había aguantado a la perfección el tremendo chaparrón caído hasta los diez primero minutos de juego. Simplemente, ambos equipos se mostraron espesos e inoperantes. No hubo excusa posible.

Que en los primeros 45 minutos solamente hubieran dos disparos entre los tres palos y otro que se marchó fuera habla por sí solo de las pocas ideas que tuvieron ambos equipos, más nublados que el tiempo. Una falta directa a las manos de Ángel 25 supuso la única aproximación de los mallorquines en este primer acto. Paolo dio la réplica tres minutos después con un tiro desde el exterior del área. El camerunés completó la nómina de disparos de esta primera parte con un lanzamiento fuera al borde del descanso. No hubo nada más que reseñar.

La reanudación

Tampoco hubo mucho en la segunda parte, tan pobre como la anterior. La portería visitante sólo se vio amenazada en el minuto 63, en un disparo de Suso, solo ante el portero, que se fue fuera, si bien el linier tenía la bandera levantada, por lo que de haber entrado habría sido anulado. Así de triste fue el bagaje ofensivo de un Isleño más directo que nunca y que se olvidó de rasear el balón.

El Manacor no hizo mucho más, pero aprovechó la que tuvo. Dos minutos después, Sergi se quedó completamente solo ante Ángel. Tuvo tiempo hasta de tomarse la merienda, pero eligió mal. Disparó y Ángel realizó una gran intervención, pero el rechazo le iba a su cabeza y fue empujado por Víctor para evitar el remate. Penalti y amarilla. Barbón, un especialista a balón parado, no perdonó. Ahí se acabó la historia. El Isleño volvió a patinar en Can Misses.