Los futbolistas de la Peña Deportiva celebran un tanto en el Municipal de Santa Eulària.

Como si de un romance se tratara, solo un exceso de relajación pueden acabar con el idilio y la inmaculada trayectoria liguera que mantiene el vestuario de la Peña Deportiva. El empate con el Atlético Isleño el pasado sábado, en el que el líder encajó por primera vez tres tantos en casa y, lo que es peor, se dejó remontar en media hora un 2-0 favorable, ha supuesto un toque de atención para el primer clasificado. «Si bajamos una marcha nos puede ganar cualquiera», fueron las palabras de Mario Ormaechea tras el derbi, declaraciones que comparten punto por punto sus futbolistas.

Disfrutan de cenas y ‘torradas’ en familia, en ocasiones acuden al gimnasio juntos, comparten domicilio y hasta trabajan codo con codo en su puesto laboral. El actual vestuario de la Peña Deportiva es uno de los más robustos que se recuerdan en los últimos tiempos. El compromiso con la camiseta blanca, los buenos resultados y el feeling que han desarrollado los jugadores casi desde el primer entrenamiento conforman las piedras angulares de su éxito.