El peñista Cristian Cruz, entre lágrimas, es consolado por dos jugadores de la Arandina nada más acabar el encuentro.

PEÑA DEPORTIVA: 3

ARANDINA: 3

Destrozados. Algunos incluso llorando. Así acabaron los jugadores de la Peña Deportiva, que vivieron ayer un injusto final a su magnífica temporada. El equipo de Mario Ormaechea rozó la épica ayer contra la Arandina, pero finalmente se quedó a las puertas de clasificarse para la tercera y última ronda de la fase de ascenso a Segunda División B. Un gol con tintes de churro, a pesar de producirse desde prácticamente el centro del campo, puso fin al sueño de los santaeulalienses en el último minuto del tiempo de descuento, ése en el que muchos esperaban que el fútbol devolviera aquello que le arrebató a la Peña en Lorca. No fue así, sino al contrario, y el campeón del grupo XI de Tercera División se quedó sin dar el salto a la categoría de bronce.

La Peña, que actuó de inicio con un 4-2-3-1 de inicio y con un novedoso doble pivote formado por Youssouf y Bernal, salió enchufadísima al terreno de juego, con la ambición por bandera y una misión muy clara: dar el primer golpe en forma de gol. Pudo adelantarse en el marcador en el minuto 11, en un cabezazo de Piquero que acabó en el fondo de las mallas. Sin embargo, el árbitro anuló la diana del pichichi por una presumible falta al portero.

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