El GPS 909 Puchi está formando por las séniors Ana Boned, María Boned, Tamara Boumouchakián, Ana María Muñoz, María García, Ainhoa García, Paula Fresneda, Iris Fresneda, Marina Ribas, Irene Martínez, Coral Castro, Victoria Núñez. Completan el equipo de Curro y Cardona juveniles como Raquel Bejarano, Paulina Pérez o Claudia Riera.

El GPS 909 Puchi está formando por las séniors Ana Boned, María Boned, Tamara Boumouchakián, Ana María Muñoz, María García, Ainhoa García, Paula Fresneda, Iris Fresneda, Marina Ribas, Irene Martínez, Coral Castro, Victoria Núñez. Completan el equipo de Curro y Cardona juveniles como Raquel Bejarano, Paulina Pérez o Claudia Riera.

Rubén J. Palomo08/07/13 0:00
TW1

El HC Puig d’en Valls sénior femenino, tradicionalmente conocido como Puchi, jugará por segunda vez en su historia en División de Honor Plata, segunda máxima categoría del balonmano femenino nacional, después de que el club hiciera efectivo en la mañana de ayer el primer ingreso –2.500 euros en concepto de fianza y cánon– de inscripción en la Real Federación Española de Balonmano.

La entidad que preside José Antonio Ferrer Prohías logró los recursos económicos suficientes –cercanos a los 40.000 euros– para satisfacer la ilusión del jovencísimo conjunto que entrenan Curro Pérez y Noel Cardona. Una escuadra amateur, formada por 18 jugadoras ibicencas de entre 17 y 22 años.

El Puchi se ganó el ascenso en la pista tras imponerse en la fase de ascenso al BM La Jota aragonés (y de barrer con insultante superioridad a sus rivales autonómicas en la liga balear), pero el apartado económico hacía peligrar el salto de categoría.

El club y las propias deportistas se pusieron manos a la obra y llevan trabajando desde finales de mayo para alcanzar las exigencias económicas que requiere competir en categoría nacional. Noel Cardona explica que las propias jugadoras buscaron fondos editando una revista sobre el club. Además, «todos aportaremos una cuota y vamos a pagar directivos, técnicos y jugadores para jugar en Plata», reconoce el técnico, quien apoya su argumentación agregando que «más que ilusión por jugar una competición de calidad había necesidad porque el balonmano en las islas está muerto».