El Formentera celebra el pase a la tercera y última eliminatoria en el vestuario del estadio Nou Barris, en Barcelona.

El poder del dinero contra la ilusión de una isla. Así se podría definir el emparejamiento entre el Eldense y el Formentera que deparó ayer el sorteo realizado en la sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), en las Rozas (Madrid). El equipo de Luis Elcacho, un bloque unido y con pocos cambios en las tres últimas campañas, tendrá como último obstáculo en su camino hacia el ascenso a Segunda División B a un conjunto alicantino que ha realizado una fuerte inversión económica, fichando incluso a exjugadores con experiencia en Primera División con el único objetivo de dar el salto de categoría.

El conjunto de Elda se proclamó campeón del grupo valenciano, pero su balance numérico no es precisamente apabullante. Al igual que la Montañesa, equipo subcampeón de Cataluña al que los rojillos eliminaron el pasado fin de semana en la segunda ronda, se trata de una escuadra con marcado carácter defensivo, que brilla más por su ordenado entramado defensivo que por su facilidad goleadora. Y en eso es un calco del Formentera, cuyos registros en el grupo balear han sido mejores pese a acabar en la tercera posición de la tabla.

En liga, el cuadro azulgrana marcó 61 goles, recibió 34, ganó 21 partidos, empató ocho y perdió nueve para un balance total de 71 puntos. Por su parte, el Formentera transformó 58 dianas, encajó 27, se impuso en 24 encuentros, firmó tablas en ocho y sucumbió en seis para acabar sumando 80 puntos.

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