El sueco Lars Sebastian Akerblom, en acción con su moto de agua.

El Ibiza Mediterranean Grand Prix, evento que acoge el arranque del Mundial de Class-1 y de Aquabike, comenzó ayer en aguas de Platja d’en Bossa. La cita comenzó con cambios inesperados, el más remarcable el del aplazamiento de la ronda de clasificación para la ‘pole’ de los barcos al día de hoy (de 10,30 a 12,30 horas).

Así las cosas, las motos de agua coparon ayer todo el protagonismo en la playa pitiusa, donde, todo sea dicho, hubo poco público. La mayoría de los presentes eran turistas que disfrutaban de su baño y que, obviamente, saciaron su curiosidad contemplando durante algunos minutos la velocidad o incluso acrobacias de los participantes.

Los horarios fueron modificados por la mañana. Incluso así no se respetaron y el retraso fue la tónica dominante durante la primera jornada, en la que las embarcaciones de Class-1 no se dejaron ver hasta pasadas las 16,00 horas.

En la competición de Runabout, un español consiguió meterse entre los diez primeros de Runabout GP1: Alejandro Molina. Lo hizo con un tiempo de 1’20’’62. La primera posición fue para el francés Jeremy Perez (1’14’’72), seguido de su compatriota Teddy Pons (1’15’’05). El italiano Mattia Fracasso fue tercero (1’18’’15).

En Ski Division, el estadounidense Chris MacClugage fue el más veloz con un crono de 1’20’’18, seguido del francés Jeremy Poret (1’20’’99) y el español Nachete Guardiola (1’23’’94).