El partido de ayer careció de dominador. El balón fue de un lado a otro sin sentido.

Hasta el rabo todo es toro. Que se lo pregunten al San Rafael. El equipo ‘blue’ encajó su segunda derrota consecutiva como local ante un Manacor que sacó petróleo de una acción a balón parado en el tiempo de prolongación.

Cuando nadie creía ya que se iba a mover el marcador, una falta lateral provocada por Luque, que finalmente acertó a derribar a su rival tras dos intentos previos desde el arranque de la jugada en la medular, provocó la derrota de los ‘rafelers’. Tià metió la cabeza en el corazón del área y mandó el balón a la escuadra mientras Seral hacía la estatua. Los visitantes celebraron el gol por todo lo alto. Y no era para menos, pues abandonan así la zona de descenso y se colocan a un solo punto de los pupilos de Vicente Román.

Quizás un empate habría sido lo más justo, pero también es cierto que, auque en número de ocasiones también salieron parejos, las mejores oportunidades para deshacer el 0-0 fueron para los visitantes. Adrián fue el jugador más destacado del encuentro y hoy sería noticia en todos los programas depotivos de no ser por su falta de puntería. El extremo del Manacor, que ya en la primera parte lanzó sorprendentemente fuera después de recortar a Suau y tener a Seral batido, se marcó en el minuto 60 una jugada a lo Leo Messi, arrancando desde el centro del campo con el balón en los pies y superando a los defensas y al portero en su camino. Desafortunadamente para él, su posterior disparo se marchó al palo.

Si Adrián había tenido la oportunidad de desnivelar la balanza en favor de los mallorquines, Luque la tuvo para los ‘rafelers’. Por dos veces se quedó solo ante el portero y en sendas ocasiones no supo ajustar su disparo, que fue a parar a los pies del guardameta.

Por lo demás, el San Rafael no ofreció demasiado. Se le vio lento en la circulación, falto de intensidad y lento en ciertas transiciones, una imagen que no gustó nada al entrenador Vicente Román. El gol ‘in extremis’ del Manacor no hizo más que poner el peor ifnal posible a la triste historia del encuentro de ayer.