Careca conduce el balón en una acción del encuentro de ayer entre la Peña Deportiva y el Incacolor. | Toni Escobar

P. DEPORTIVA: 3

INCACOLOR: 4

El sueño se convirtió en pesadilla. La Peña Deportiva despertó hoy sabedora de que sus opciones de hacerse con el título de liga y la consiguiente clasificación para el ‘play off’ de ascenso a Segunda División B se esfumaron ayer, cuando hincaron la rodilla ante el Incacolor, líder de la competición. En un partido bronco, polémico y que incluso tuvo que detenerse a falta de minuto y medio para la conclusión hasta que llegó la Guardia Civil, los peñistas dilapidaron sus aspiraciones. Aunque matemáticamente la liga aún es posible, virtualmente se ha escapado, porque los de Inca siguen invictos, sólo han cedido dos puntos en toda la competición y disponen de cuatro de renta sobre una Peña que, además, tiene perdido el ‘goal average’.

El encuentro respondió a las expectativas previstas. Tuvo de todo: tensión, calidad y emoción. Como era de esperar, el conjunto de Rafa Angulo llevó el peso del partido ante una escuadra mallorquina excesivamente defensiva, más preocupada de no cometer errores que de poner en peligro la meta de Juaki y que rozó el límite de la legalidad con un juego algo duro. Los locales desperdiciaron dos dobles penaltis –uno Suazo y otro Dani González– para adelantarse en el marcador. Finalmente, encontró su recompensa en el minuto 18, en un disparo exterior de Suazo. No duró mucho la alegría, pues el Incacolor empató a falta de 55 segundos para el descanso. Durante la celebración se vivió el primer roce del duelo, que se detuvo algunos minutos. Unos segundos después, Suazo, con otro disparo lejano que se tragó Toñete por debajo de las piernas, se encargó de llevar a los suyos con ventaja al vestuario.

Tras la reanudación, 11 empató la contienda en una buena contra, pero Careca, con un zapatazo a la escuadra, volvió a adelantar a la Peña en el minuto 26. Uno más tarde, Prado vio la segunda amarilla por un agarrón –la primera la había visto un par de minutos antes por hacer dos faltas seguidas cuando, en realidad, la primera no había sido tal– y se temía lo peor.

Afortunadamente, los peñistas aguantaron estoicamente los dos minutos en inferioridad numérica. Sin embargo, la escena se repitió en el minuto 36, uno después de que Suazo lanzara un doble penalti por encima del larguero. En esta ocasión, Kike fue expulsado después de, a juicio arbitral, simular una falta para forzar un doble penalti. El Inca sí aprovechó la superioridad para ponerse, por primera vez, por delante en el encuentro (3-4) con 2’29’’ de juego. Los locales se la jugaron con el portero-jugador, pero ni así encontró la forma de evitar la derrota en un duelo bronco y que dejó imágenes feas como una tángana en el túnel de vestuarios a falta de poco más de un minuto para el final que hizo que los árbitros detuvieran el partido hasta la llegada de las fuerzas públicas. Lamentable.