Tita Llorens, durante la travesía Eivissa-Palma que no pudo completar el año pasado. | Redacción Digital

A las 03.00 horas de la pasada madrugada, la veterana nadadora de Ciutadella, Margarita Tita Llorens, arrancó el tercer intento de lograr el sueño deportivo de su vida, que no es otro que el de unir las islas de Eivissa y Mallorca a nado y sin traje de neopreno. Este reto lo tuvo que abortar en las dos primeras ocasiones a causa de sendos bancos de medusas que lastraron su objetivo cuando ya lo tenía al alcance de la mano.

Fue de madrugada cuando Llorens se lanzó al agua desde Punta den Jonc para cubrir los 85 kilómetros que deben llevarla hasta La Mola, en Mallorca, en un día aproximadamente: «Si voy al ritmo del primer año podría lograrlo así, aunque en 24 horas puede pasar de todo. Y nadie dijo que fuera fácil», comentó la nadadora antes de salir. «La hora prevista es la misma que la de la primera vez, más que nada para no encontrar lo del año pasado, que cuando llevaba 20 kilómetros y se hizo de noche subieron de la profundidad millones de medusas», detalló. Añadió que, cerca de la costa, «no habrá este tipo de medusa que vive en el fondo, aunque este invierno he estado en contacto con el biólogo de la CSIC, Josep María Gili, y me dijo que nunca es igual. Este tipo se mueve por las corrientes y será cuestión de suerte», explicó.

«Físicamente estoy preparada y mentalmente creo que también. Aquí es donde se debe notar el trabajo de mi equipo ya que son ellos que me tienen que hacer fuerte en los momentos bajos anímicamente. Todos vienen concienciados para ello», exclamó Llorens.

En cuanto a las posibles preocupaciones, indicó: «Son muchas las cosas que me preocupan, pero cuando tengo un momento de bajón intento pensar en la llegada y es cuando todo parece fácil y las emociones ganan a los miedos».