El entrenador del C.A. Pitiús, Toni Roig, con su nuevo pupilo, David Bustos, ayer en las pistas de Can Misses.

El atleta mallorquín David Bustos, actual referencia nacional en la prueba de 1.500 metros en la que conquistó el bronce en el Europeo de Helsinki 2012, ha elegido Eivissa como su nuevo hogar y a Toni Roig (C.A. Pitiús) como el entrenador que le permita «soñar» con una medalla olímpica.

«Mi objetivo es poder estar en la final de los 1.500 de los Juegos Olímpicos, conseguir una medalla sería ya un sueño», manifestó el atleta. Bustos ya estuvo en la anterior cita olímpica, en Londres 2012, aunque en esa ocasión se le escapó la posibilidad de disputar la ansiada final.

Esta temporada, él confía que todo será distinto y podrá quitarse esa espina que tiene clavada. Meses atrás ya dio el primer paso ya que, con 3’35’’97, logró la marca mínima para estar en la gran cita de Río de Janeiro. Ese mismo tiempo también le valió el billete para los Mundiales de Pekín, donde no se clasificó para la carrera definitiva. A pesar de ello, no considera que «este haya sido un mal año, podía haber sido mejor, pero he progresado».

Adiós a Abascal

Con su elección de venir a Eivissa y ponerse bajo las órdenes de Roig, Bustos deja atrás su etapa en Cantabria, donde entrenó bajo las órdenes de José Manuel Abascal, un mito viviente del atletismo español. «Él no tenía clara su continuidad por motivos laborales y yo, que tenía claro que necesito un año tranquilo», indicó. Sobre el atleta que logró el bronce en la prueba de 1.500 metros de los ya lejanos Juegos de Los Ángeles 1984, Bustos solo tuvo palabras de gratitud: «Me ha enseñado mucho y ha tratado de transmitirme su carácter, su manera de afrontar las carreras. Siempre le estaré agradecido por ello», dijo.

Ante el anuncio de su maestro tras el reciente Mundial de Pequín, el mallorquín enseguida pensó en el técnico del Pitiús como alternativa. «Ya nos conocemos y cuando José Manuel [Abascal] me comentó que quizás no podía seguir, el nombre de Toni fue el primero que me vino a la mente, era la primera opción, aunque no tomé la decisión hasta hace un par de semanas», señaló el corredor, que acaba de cumplir 25 años.

Además, también pesó en su decisión la mayor cercanía con su familia. «Me gusta más el clima soleado para entrenar y además, aquí estaré más cerca de los míos», comentó el atleta.

En el terreno puramente deportivo, Bustos considera que este cambio le puede venir bien para seguir progresando: «Con 25 años, estoy en la flor de mi carrera. Me faltan cosas por aprender, sobre todo hacerme más duro tácticamente y tomar ciertas decisiones, aunque creo que poco a poco ya lo estaba adquiriendo y con Toni son aspectos que podré fortalecer».

También espera mejorar al lado de Roig la técnica de la carrera: «Es de los mejores de España y además ha trabajado con vallistas, velocistas, saltadores y todo tipo de atletas, por lo que pienso que es una experiencia muy valiosa para aprender técnica en medio fondo».

Sobre la diferencias entre Abascal y Roig, Bustos apuntó que «todavía es pronto para valorarlo, pero Toni tiene una filosofía distinta, por lo que hemos hablado, haré más trabajo en pesas y carga de entrenamiento».

Por su parte, Roig prefirió mantenerse en un segundo plano, dejando todo el protagonismo a su nuevo pupilo. A pesar de ello, el técnico ibicenco expresó su «satisfacción» por poder dirigir a Bustos: «Nos conocemos bien y no podía decirle que no», zanjó escuetamente.