Fue uno de los más grandes de la década de los noventa. El hombre que arrasaba en la Vuelta España. Un escalador capaz de ganar clásicas y lucirse en las cronos más exigentes. Un auténtico loco cuando se lanzaba al vacío en los descensos pasados por agua de los puertos asturianos. El enemigo de Indurain que más cerca estuvo de vencerle en el Tour de Francia. Gracias a esas gestas, Tony Rominger consiguió colarse en el imaginario popular de los amantes del ciclismo hace 25 años y dentro de cuatro meses estará pedaleando en las Pitiüses. El helvético será un padrino de lujo para la Vuelta Cicloturista a Ibiza Campagnolo. Rominger acude a la isla por primera vez y toma el relevo de otros ilustres profesionales como el propio Indurain, con el que vivió un apasionante duelo en el Tour de 1993, o Abraham Olano y Fernando Escartín, corredores españoles que se formaron bajo su sombra en el CLAS Cajastur y el Mapei. La decimosexta edición de la ronda se correrá el fin de semana del 8 y 9 de octubre.